COMO LA VIDA MISMA
La realidad sin filtros, como un apunte del natural, es la esencia de la llamada Straight Photography (fotografía directa). Uno de sus máximos precursores fue el neoyorquino Paul Strand, capaz de capturar el instante retratando con su cámara a cuantos personajes anónimos iba encontrando a su paso, a modo de robado. Primero fueron los que encontraba en su ciudad natal; después, aquellos que le sorprendían en sus viajes por México, Italia, África o Francia, donde pasó sus últimos años. Momentos fijados para siempre con su particular mirada y que ahora nos revela la exposición
La belleza directa. Una joya.