El mundo que dejas para tus hijos.

No hay una idea concreta ni una verdad absoluta, pero tantas maneras de actuar, como personas habitamos esta tierra.

Basta con saber que todos tenemos una responsabilidad para que el futuro sea posible. Ese en el que todo tenga vidas infinitas y andemos sobre sólidas huellas que nos marquen el sendero, sin apisonar.

Porque en la SOSTENIBILIDAD, como en todo, se trata de soñar en grande, de RESPETAR, trabajar en ocasiones contra corriente y creer en la CULTURA para estar orgullosos de nuestros orígenes. Un firme compromiso para transmitir esos valores que tan bien nos representan y saber que nuestros actos hablarán bien o mal por fuera, pero sobre todo por dentro.

Es una forma de vivir en la que los unos siempre necesitan de los otros para mantener el equilibrio que nos permita echar la vista atrás, para continuar de frente en este intenso camino de la vida. Ese que nos permita reencontrarnos con nuestra identidad, y con el anhelado consuelo en medio del derrumbe.

… solo quien conoce el agua y la tierra sabe que guarda el secreto de la germinación.

Las huellas están detenidas en la arena mirando el horizonte.

La brisa empieza a quitarle ya el polvo al océano para que pronto luzcan las estrellas.

Los libros están en silencio bajo las sombras, esperando.

Todo espera porque entre tú y yo puede haber noche, pero nunca muerte, puede haber lejanía, pero nunca ausencia. Ese trozo de mar me lo enseñaste tú. La sabiduría nos lleva a la infancia.

Poco más que añadir a las bellas palabras de Diego Doncel, Premio Loewe de Poesía 2020. Bueno sí, que el futuro nos pille innovando por su bienestar, para ser vivido de nuevo sobre nuestras huellas.