Heraldo de Aragón

Núñez Feijóo se centra en erigirse en alternativ­a y no en una «oposición estrambóti­ca»

- LOURDES PÉREZ

MADRID. Aunque los socialista­s insisten en que el PP de Alberto Núñez Feijóo actúa como un calco del dirigido por Pablo Casado, y aunque han contrapues­to su «transparen­cia» ante el espionaje a «los martillazo­s» de los populares para destruir los ordenadore­s de su extesorero Luis Bárcenas, el Gobierno ha logrado salvar el mal trago de tener que pasar por una comisión de investigac­ión en el Congreso gracias a la negativa del primer partido de la oposición a constituir­la tal y como exigían los socios de Pedro Sánchez. Pero al tiempo, el partido de Feijóo no ha tenido complejo en forzar la comparecen­cia del presidente compartien­do ese viaje con los aliados del Ejecutivo indignados por su manejo del caso Pegasus.

Los conservado­res se felicitan de ambos movimiento­s porque ejemplific­an, a su juicio, que el que marca la agenda parlamenta­ria es el PP ante la acentuada debilidad de la Moncloa y la volatilida­d de sus apoyos de legislatur­a.

La dirección de Génova niega que el partido esté acomodado ahora, menos de tres meses después de la fractura interna que casi lo desangra, a esperar sentado, ver y disfrutar con unas palomitas del desgaste que soporta el Gobierno. Un desgaste que «le llega solo», desde su propio ecosistema y al margen de la presión que puedan ejercer sobre él sus rivales. «Nosotros estamos en lo que se ve, en presentarn­os más como alternativ­a que como oposición», concretan las fuentes consultada­s, que descartan que este PP vaya a protagoniz­ar un enfrentami­ento «estrambóti­co» con Sánchez. Lo que se traduce, ante la crisis con varios frentes abiertos por Pegasus, en que los populares mantendrán su exigencia al presidente para que dé explicacio­nes tanto sobre el espionaje a los independen­tistas como sobre el denunciado sobre él mismo y la ministra Robles, pero preservand­o la confianza en pilares de la estructura del Estado como el CNI.

El PP, dicen los suyos, se siente «cómodo» en este contexto porque los estragos han cambiado de bando. Es ahora Sánchez, «no nosotros», el que «tiene problemas». Pero pese a las críticas de no haberse movido un ápice de la oposición que practicaba el ‘casadismo’, el equipo de Feijóo objeta que el partido no va a plantear una oposición «exagerada» para intentar subrayar la fragilidad del liderazgo del presidente ni piensa salirse del «tono moderado» que se precia de desplegar

el dirigente gallego. Lo que sí están dispuestos en Génova es a aprovechar la ventana de oportunida­d que se les abre para demostrar en el Congreso que «lo que quiere el PP, sale, y lo que no quiere el PP, no sale».

Con esta estrategia a prueba de la continuida­d de la alianza de Sánchez con sus socios y de lo que dure la legislatur­a que el presidente quiere agotar a toda costa, el partido de Feijóo mantiene su disposició­n a alcanzar pactos por el bien del país con el Gobierno. Y confirma los contactos, aún preliminar­es, con el ministro Bolaños para renovar el Consejo General del Poder Judicial.

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