De ofidios, termómetros y manías
I Alberto Calvo
Tuvo vista Supermaño al descubrir, el lunes, que la serpiente de este verano es esa corbata que Sánchez se quitó y que lanzó al ruedo mediático canicular. La corbata que el presidente no lució, poniéndose a sí mismo, a pesar de sus viajes en aviones y helicópteros del Estado, como ejemplo de ahorrador energético, bien ha podido representar durante algunos días un papel similar al del famoso monstruo del lago Ness que dio origen, en tiempos que ya parecen remotos, al tópico del ofidio veraniego: darnos algo de que hablar cuando se supone que no hay nada o casi nada de que hablar. Lo que pasa es que este verano no nos están faltando temas de conversación. Empezando por el calor. Y hablando de los agobios del termómetro, también estaba acertado el personaje de Alberto
Calvo ayer sábado, al recordarnos que hay lugares en Aragón, como Griegos, a 1604 metros de altitud, donde los rigores del verano son mucho más llevaderos. Efectivamente, en Griegos, la Aemet prevé para los próximos siete días unas temperaturas máximas que no superarán los 25 grados, y unas mínimas que de verdad serán mínimas, por debajo de los 10 grados. ¡Felices grieguenses! Y le apunto otro ‘like’ a Eva Cosculluela, la librera de la mítica y recordada Portadores de Sueños, que el miércoles ironizaba en su columna a propósito de esa manía tan extendida en las redes sociales de señalar lo obvio, lo de toda la vida, como si fuera un fantástico y novedoso descubrimiento y encima bautizarlo con un palabro en falso inglés. «¡Absurding!» concluía Cosculluela. Pues eso.