«Hemos pasado de ver el monte verde a negro en pocos minutos, es impactante»
● Borja recibió ayer a 350 vecinos desalojados y Tarazona ofreció equipamiento
BORJA. El pabellón de Borja estaba ayer lleno de rostros preocupados. La incertidumbre recorría el ambiente, ya que más de 300 vecinos de Alcalá y Añón de Moncayo se vieron obligados a ir al polideportivo ante el incesante y rápido avance de las llamas que acechaban sus casas. La estampa que se veía desde allí era dolorosa, con una gran nube de humo negro en el horizonte con la puesta de sol.
«Ha sido todo muy rápido. Decidimos guardar las cosas e irnos cuando empezamos a notar el calor. El fuego estaba a nuestro lado», explicaba Carmen, desalojada de Alcalá de Moncayo. El huerto de la casa de una de sus amigas quedó totalmente calcinado. «Las llamas no han llegado al núcleo del municipio, pero sí a las casas de las afueras», indicaba esta vecina. Las fuertes rachas de viento, que llegaron a alcanzar los 80 km/h, empeoraron la situación. «Además, estaba todo muy seco. Tiene muy mala pinta», añadía.
Conchita Gamara y José Layo, ambos de Añón de Moncayo, estaban ayudando a una de sus vecinas con una manguera cuando se dieron cuenta de que tenían el fuego encima. «Empezamos a notar mucho calor. Las llamas nos han cogido por las dos partes del pueblo», relataba Gamara. «Creo que algunas casas se habrán quemado, el incendio estaba muy cerca», aseveraba Layo. El matrimonio pudo comprobar la virulencia del fuego. «¡Cómo ardía! Es una pena. Hemos pasado de ver el monte negro a verde en cuestión de minutos, es impactante», añadían. Para ellos, el monte «nunca había estado tan sucio». «Tienen que limpiarlo», sentenciaban.
El dispositivo para recibir a estos vecinos desalojados en el polideportivo de Borja se montó en tiempo récord. «Desde el aviso, tardamos solo una media hora», detallaba Eduardo Arilla, alcalde del municipio. Para que pudieran pasar la noche, se habilitaron más de 200 camas, repartidas entre el Ayuntamiento borjano y la Cruz Roja de Huesca. En total, el recinto recibió a 350 afectados. «Muchos de ellos se van porque son de Zaragoza y esta era su segunda residencia», explicaba el alcalde. Además, los usuarios de la residencia de Añón fueron repartidos entre la de Borja y el Hogar Doz de Tarazona. Para hoy, está previsto que la ONG del cocinero José Andrés colabore con el dispositivo y proporcione desayunos y comidas a los evacuados por el incendio, junto al restaurante Las Ruedas. Por parte de Alcalá de Moncayo, se estima que fueron más de 400 los desocupados, según el alcalde Luis Ángel Torrellas.
El campin se quedó vacío
También fueron desalojadas todas las personas que había en el Camping Moncayo, ubicado en la carretera de Añón. «Hay gente que asustada por el humo se había marchado ya. Nosotros estábamos atentos a ver qué nos decían. Y Protección Civil ha venido a las 18.30 a decirnos que teníamos que evacuar las instalaciones y marcharnos a Borja», explicaba ayer César, su responsable. «No hemos llegado a ver llamas, pero sí que había bastante humo y daba un poco de miedo. Todos estamos ahora pendientes de cómo evoluciona el fuego», añadía. Actualmente tenían registradas cerca de 20 entradas de gente de Aragón, Navarra y de varios países. Todos ellos fueron invitados a sacar sus coches y sus cosas del recinto como medida preventiva.
La proximidad de las llamas al Monasterio de Veruela obligó también a suspender las visitas guiadas que estaban programadas por la tarde. La hospedería todavía no está en servicio, por lo que el desalojo del recinto cisterciense fue rápido.
El Ayuntamiento de Tarazona también adecuó su polideportivo municipal para poder alojar a los afectados. Sobre las 22.00 de ayer, el recinto seguía recibiendo vecinos de Trasmoz y Vera, además de los ya evacuados a primera hora de la tarde de Añón y Alcalá de Moncayo.