La Zaida inicia con Alegría sus esperados días grandes
ZARAGOZA. Pocos pueblos pueden presumir de tener a una ministra como pregonera, y en La Zaida, hogar de Pilar Alegría, el nombre de la persona que tenía que dar comienzo a las primeras fiestas tras la pandemia estaba más que claro. La titular de Educación y Formación Profesional asumió el encargo con «orgullo y agradecimiento». Ante decenas de vecinos, familiares, y amigos, la también portavoz del PSOE reconoció que era «el acto más emotivo» que ha vivido en los años que lleva en política.
Alegría aseguró que en esta localidad, en la que residen unos 430 habitantes, está lo que más quiere. «Está mi gente, mi familia. Os aseguro que en Madrid todo el mundo se ha enterado ya de que soy de La Zaida. El respeto y el amor a las raíces es una de las mejores cualidades que una persona puede tener», recalcó.
La ministra recordó también a «todos los seres queridos arrebatados por la pandemia». Ante un público entregado, tiró de sus propias experiencias durante las fiestas de San Roque para explicar qué significan estos días para ella. «Cuando llegaban, el pueblo cambiaba. Se respiraba una ilusión distinta desde una semana antes, cuando se colocaban las banderas en las farolas», expuso.
La portavoz socialista se detuvo en las charangas, las orquestas y las peñas, «protagonistas» absolutas de los días grandes de la localidad. «¿Quién no se acuerda de los memorables huevos fritos de la Mercantil? Me atrevería a decir que ese día era uno de los más felices para mi padre... Aún lo veo con su delantal sirviendo junto con mi tía Aurora», afirmó. Nombró, también, las «famosas sangrías» de la peña de La Solera y La Maleta y las «maravillosas recenas de cortezas y banderillas del Rabo Loco». Pero si hay una que recuerda con especial cariño es la suya: La Chapuza. «Al acondicionarla se cayó toda la pintura, de ahí el nombre», explicó.
Alegría no ocultó que vienen tiempos «complicados» que exigen «grandes esfuerzos», pero subrayó que «celebrar las fiestas no es dar la espalda a la realidad ni huir de ella». «Las fiestas son parte de la vida. Son nuestra forma de sentirnos orgullosos de quiénes somos, de dónde venimos y de la comunidad a la que pertenecemos. Y también, una forma insuperable de estrechar los lazos de afecto y solidaridad con nuestros vecinos y amigos. Nos hacen mejores y nos dan fuerzas para seguir con el día a día», agregó.
Hoy, los actos de las fiestas continuarán con una merienda en homenaje a los mayores, animación infantil, el concierto de King África y un toro de fuego.