El ganado ovino resurge en La Puebla de Valverde tras el brote de brucelosis
● La enfermedad obligó a sacrificar en 2021 todos los rebaños de la localidad menos uno, pero tres pastores han recuperado la ilusión por mantener su oficio de siempre
TERUEL. La ganadería ovina regresa poco a poco a La Puebla de Valverde tras el devastador brote de brucelosis detectado en mayo de 2021, que obligó a sacrificar 15 de los 16 rebaños que había en la localidad más otros dos del vecino municipio de Sarrión. Más de 10.000 animales acabaron en el matadero por esta causa, llevando a sus propietarios a una crisis económica y emocional que también afectó al conjunto del pueblo, con 500 vecinos.
Pero algunos ganaderos han decidido no rendirse y volver a comprar ovejas –ahora indemnes genéticamente a la brucelosis–, para continuar con el que ha sido siempre su oficio y el de sus antepasados. Raúl Izquierdo es uno de los tres vecinos de La Puebla de Valverde que están haciendo renacer sus explotaciones pecuarias después de la debacle. Frente a las 700 cabezas de ovino y caprino que tuvo que sacrificar, ahora cuenta con apenas 200, pero confía en poder aumentar su rebaño si todo va bien.
«He logrado recuperar la ilusión por la ganadería; además, en esta vida no queda otra solución que tirar para delante», explica Izquierdo, casado y con un hijo de tres años. Se queja de que «han faltado ayudas» para los afectados. Cuenta que por cada oveja que tuvo que matar recibió 60 euros de indemnización, pero al ir a comprar las nuevas ha tenido que pagar entre 90 y 100 euros por animal. «Nos hemos sentido abandonados, después de todo lo que sufrimos», afirma este ganadero, que ha tenido que pedir un crédito bancario «para poder seguir llevando la vida normal».
A Raúl Izquierdo le gusta su trabajo, pero admite que es muy sacrificado. «Estoy con el ganado de lunes a domingo, sin vacaciones, y tengo pocos beneficios». Se ayuda con la agricultura, pero este año una granizada en mayo le arruinó la cosecha de cereal. Y luego vino la subida de precios del combustible y los abonos.
La alcaldesa de La Puebla de Valverde, María Ángeles Izquierdo, alerta de que la desaparición de la ganadería ovina ha dejado los montes de la localidad «llenos de maleza y convertidos en un polvorín, porque los animales ya no limpian el bosque de la vegetación que arde con más facilidad». Aunque algunos de los ganaderos que perdieron el rebaño se han jubilado y otros han seguido el negocio con vacas, la regidora confía en que el sector ovino se recuperará.
Sostiene, no obstante, que los pastores tienen «miedo e incertidumbre», al no haberse averiguado con certeza el origen del brote de brucelosis. «No sabemos si la enfermedad estaba en ovejas de antaño y mutó o si la fauna salvaje, que comparte abrevaderos con los rebaños, ha sido la causa», dice la alcaldesa.
Desde el Gobierno aragonés señalan que la hipótesis más probable apunta «a una reactivación de la enfermedad en animales de edad avanzada presentes en las explotaciones en los últimos brotes detectados entre los años 2007 a 2011», si bien este supuesto no se ha podido confirmar con estudios genéticos. Añaden que los estudios