Daniel Samper, zaragozano en el festival: «Vino un aire que ardía y enseguida fue el caos»
ZARAGOZA. El zaragozano Daniel Samper estaba entre el público. Por fortuna para él y sus amigos, las entradas que habían adquirido para asistir a este macrofestival de música electrónica permitían el acceso a una zona VIP elevada, emplazada en un costado del escenario, en la que se hallaba cuando ocurrió todo, cerca de las 4.00; esta circunstancia hizo que no se hallase en el radio de acción directo del suceso, aunque fue testigo de primera fila.
Todo sucedió muy rápido
El zaragozano aún estaba perplejo este sábado al mediodía por la velocidad con la que ocurrió esta desgracia. «Ha sido un caos: todo pasó muy rápido. Mis colegas y yo hemos tenido la suerte de estar en la zona VIP, en un lateral del escenario, que como habréis visto era muy espectacular; de repente ha llegado como una tormenta muy fuerte, el aire ardía y la arena volaba; de hecho, todo se llenó de papeles, restos de cohetes que habían tirado antes y otros objetos que ni siquiera sabías qué eran. Tras el derrumbe nos han desalojado rápido, había muchas fuerzas del orden. Poco después nos han dicho que había muchos heridos y que había muerto un chaval; uno de mis amigos ha visto como trataban de reanimarlo, muy duro».
Daniel Samper es cofrade de las Siete Palabras (toca el tambor allá) y fiel devoto de la música electrónica de baile. «El viernes llegamos a disfrutar de Steve Aoki, era temprano. También estaban Afrojack, Guetta, cosas de electrolatino para echar unos bailes. Un buen plan. Me gusta mucho la música electrónica… ahora nos dicen que se suspende todo y es lógico, después de lo que ha pasado». La organización confirmó poco después la suspensión definitiva, y el Ayuntamiento de Cullera decretó dos días de luto oficial.
Daniel llevaba un tiempo planeando la asistencia al festival. «Lo hablamos ya en abril, primero se sumaron mi colega de Cullera y su primo, luego otro amigo y finalmente confirmé yo hace como mes y medio. El cartel tenía muchas cosas interesantes. Nos hemos quedado en Gandía, a 30 kilómetros; el festival tiene lanzaderas que te acercan hasta la zona de los conciertos a primera hora de la tarde, y una vez en el recinto ya todo sigue hasta el amanecer. Anoche hacía un calor tremendo, entre el susto y eso ha resultado difícil dormir».