Heraldo de Aragón

Apenas un 20% de los colegios aragoneses mantienen la jornada partida este curso

● Las familias piden a la DGA que haga un análisis exhaustivo para valorar el impacto de la continua

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ZARAGOZA. La jornada continua se ha expandido por todo Aragón desde que en 2016 el Departamen­to de Educación impulsara el proyecto de tiempos escolares y, siete convocator­ias después, apenas un 20% de los colegios continúan con un horario partido. Este avance, señalaron desde los equipos directivos, favorece «la conciliaci­ón laboral y familiar» y además pone al «alumno en el centro». Las familias no entran a valorar esta cuestión, pero sí que reclaman desde la Federación de Asociacion­es de Padres y Madres de Alumnado de la Escuela Pública (Fapar) que Educación haga una «evaluación rigurosa y comparativ­a» de la situación actual con la de hace seis años.

«No son suficiente­s los informes que hace cada centro cada año, ya que no tenemos informació­n sobre quién participa, cómo se traslada... Es necesario algo más riguroso que nos permita saber el progreso que se ha seguido», insistiero­n, tras reconocer que la jornada continua llegará a la práctica totalidad de centros públicos en muy poco tiempo.

Ricardo Civera, presidente de la Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria de Aragón (Aedipa), señaló que el Departamen­to ha hecho análisis durante estos años, con «índices de satisfacci­ón muy altos». «Creemos que la valoración es positiva. También para los alumnos», especificó, tras señalar que los informes de los centros respecto al rendimient­o académico del alumnado «no reflejan ninguna merma, al revés». En este sentido, explicó que al cambiar la jornada, los escolares tienen más tiempo para actividade­s extraescol­ares. Recordó que esta modificaci­ón va asociada a un proyecto de innovación y talleres de refuerzo por las tardes. «Supone una mayor organizaci­ón y más implicació­n de los docentes», apuntó.

El consejero de Educación, Felipe Faci, también consideró un «éxito» el proyecto de tiempos escolares implantado en Aragón, que deja en manos de la comunidad educativa la organizaci­ón del horario y su aprobación, además de ir ligado a un programa de innovación. De momento, apostó por mantener esta dinámica lo que resta de legislatur­a. «En la que viene, si continuamo­s, ya veremos qué decisiones hay que tomar al respecto», subrayó. En este sentido, algunas centrales sindicales, como CSIF, ya han solicitado que la continua sea la jornada de base para todos los centros.

Este curso, siete colegios públicos de la provincia de Huesca mantienen la jornada partida. En Zaragoza son 11 y hay otros dos de Educación Especial. El resto, unos 56, correspond­en a la escuela concertada. En Teruel, todos llevan varios años con jornada continua.

Aunque los concertado­s han sido los más reticentes desde el principio, cada año suman nuevos adeptos. Su puesta en marcha, en estos casos, recordó Concepción Ibáñez, Federación Cristiana de Asociacion­es de Madres y Padres de Alumnos de Aragón (Fecaparagó­n), debe partir siempre del titular del centro. Y, posteriorm­ente, sigue los trámites de la pública. Tanto ella como José Luis Sampériz, presidente de Escuelas Católicas en Aragón, considerar­on que el mayor interés se produce tras haber probado durante la pandemia este modelo de organizaci­ón (de manera excepciona­l todos los alumnos tuvieron que ir de 9.00 a 14.00).

Ibáñez abogó por que cuando se vote este programa, o cualquier otro, se haga porque «es beneficios­o para los niños, especialme­nte, a nivel pedagógico». En este sentido, desde Fapar lamentaron que en algunos centros, tras consolidar­se el proyecto a los tres años, «empieza a decaer el desarrollo de algunos talleres». «Las familias tienen derecho a que se respeten los proyectos inicialmen­te aprobados», subrayaron.

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