Heraldo de Aragón

El caos marca una elecciones muy reñidas entre la izquierda y la derecha en Suecia

● Papeletas erróneas para discapacit­ados visuales, retrasos en los colegios y largas colas lastran el conteo de votos

- DIANA MARTÍNEZ

MADRID. Siete millones y medio de personas estaban ayer llamadas a las urnas para elegir al jefe del Gobierno en unas elecciones generales marcadas por el aumento de la delincuenc­ia. Hasta el último día de la campaña los sondeos mostraban una carrera de lo más reñida entre el bloque de izquierdas (según las últimas encuestas, lograría entre el 48,6 y 52,6% del sufragio), con el Partido Socialdemó­crata a la cabeza – al frente del Ejecutivo durante los últimos 28 años–, y de derechas (entre el 47,1% y 49,6%), con el Partido Moderado tres puntos por debajo de la ultraderec­ha Demócratas Suecos. Los sondeos a pie de urna apenas arrojaron distancia en el tan dividido electorado.

Lo que marcó la jornada fue el caos. Desde papeletas erróneas hasta largas colas de hora y media, pasando por retrasos en colegios, como el que tuvo lugar en Lindholmen, en Gotemburgo. Las instalacio­nes no pudieron abrirse a tiempo debido a una confusión con el material electoral, que estaba encerrado en una habitación y los trabajador­es no tenían acceso al mismo, detalló Frida Nowotny, jefa de elecciones en Gotemburgo, al diario ‘Aftonblade­t’. Finalmente, el centro pudo abrir aproximada­mente hacia las 9.00, una hora más tarde cados en braille, provocando que miembros del colectivo votaran por un partido diferente al que tenían previsto.

Desigualda­des en el sistema

Se desconoce el número real de afectados, pero a media jornada, cuatro ciudadanos descubrier­on el embrollo y denunciaro­n los hechos. Por ello, la asociación aconsejó que volvieran a votar. «Esto muestra las desigualda­des», reprochó Niklas Mattsson, presidente de la entidad.

Por si fuera poco, la ley escandinav­a adoptada en 2019 por la que las papeletas están protegidas en cabinas para favorecer el secreto al elegir candidato ralentizó el ritmo de votación y provocó largas colas de hasta hora y media en algunas ubicacione­s, como en Tygelsjö (en las afueras de Malmö), en la escuela Skuru (Nacka) o en Uppsala, por mencionar algunos ejemplos. Según ‘SVT’, dos personas se desmayaron por el calor esperando a votar en Sandarne. «Hay colas en toda Suecia», subrayaron desde la Autoridad Electoral, que aún así tranquiliz­ó a los votantes tras asegurar que si las colas persisten a las 8.00, cuando los colegios cierran, se les permitiría igualmente depositar sus papeletas en las urnas, por lo que prevén que el conteo de votos se retrase más de lo normal, afirmó la jefa de gabinete de la entidad, Anna Nyqvist, al diario ‘Expressen’.

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EFE/EPA La ley que favorece el voto secreto ralentiza la jornada y provoca largas colas en Nacka.

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