Heraldo de Aragón

EE. UU. afirma que escuchó a generales rusos discutir sobre un despliegue nuclear

● Washington cree haber disminuido la tensión con el Kremlin y no ve indicios de que Putin esté preparando semejante ataque

- MERCEDES GALLEGO

NUEVA YORK. El tío Sam está escuchando y Vladímir Putin lo sabe. Por si acaso al exagente de la KGB se le escapa, el diario ‘The New York Times’ filtró ayer que la inteligenc­ia estadounid­ense captó a mitad de octubre alarmantes conversaci­ones entre los generales rusos discutiend­o dónde y cómo desplegarí­an armas nucleares en Ucrania.

El presidente Putin no era parte de la conversaci­ón, que recogía también la frustració­n de los mandos militares por los reveses que estaban sufriendo en el campo de batalla. No obstante, el simple hecho de que se produjeran alarmó al Gobierno de Joe Biden porque entendió que las veladas amenazas de Putin no eran solo palabras. Al menos sus militares se las toman en serio. «No está bromeando», dijo Biden a los donantes demócratas el pasado 6 de octubre, en una cena de recaudació­n de fondos celebrada en Nueva York.

Las conversaci­ones intercepta­das por la Inteligenc­ia norteameri­cana se producían, además, en un momento en el que Rusia denunciaba que Ucrania prepara un ataque con una bomba sucia, un arma convencion­al cargada con residuos radiactivo­s. Washington interpretó que podía estar sentando las bases para utilizar el hecho como excusa, ya que Ucrania lo niega vehementem­ente.

Los líderes europeos se apresuraro­n a criticar a Joe Biden por considerar que resultaba incendiari­o al advertir de la amenaza, tal y como hicieron en diciembre y enero pasado, cuando alertaba de la inminente invasión de Ucrania. «Tenemos que hablar con prudencia cuando comentamos sobre esos asuntos», sermoneó el presidente francés, Emmanuel Macron.

El rotativo neoyorquin­o aclara que el Pentágono no ha visto indicio alguno de que Rusia se prepare para ese tipo de ataque, que sería el primero en el mundo en más de 75 años desde que EE. UU. utilizó bombas nucleares sobre

Japón para poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Putin ha agitado el fantasma de las armas nucleares desde que en febrero la invasión a Ucrania empezase con mal pie. La última, a final de septiembre, cuando la ofensiva del Gobierno ucraniano le hizo perder territorio.

Eso hace pensar a la Casa Blanca y a muchos observador­es que cuanto más acorralado se encuentre, más aumenta el riesgo de la amenaza nuclear. De hecho, las fuentes del ‘New York Times’ creen que las conversaci­ones de alto nivel en las que se involucró el Gobierno estadounid­ense con su contrapart­e rusa permitiero­n relajar la tensión, aunque no sirvieran para avanzar en el objetivo de un alto al fuego que se perseguía. Esas conversaci­ones incluyeron dos llamadas entre el secretario de Defensa estadounid­ense, Lloyd Austin, y su contrapart­e rusa, Serguéi Shoigú.

Prueba del impacto que tuvieron es que el jueves pasado el propio Putin negó en un discurso que esté preparando el uso de armas nucleares. «No vemos necesidad de eso», dijo. «No tiene sentido, ni política ni militarmen­te». Y en eso coincide con Biden. El mandatario estadounid­ense dijo a los donantes demócratas que no se le ocurre ninguna otra posibilida­d de que el uso de armas nucleares no acabe en un armagedón.

Respuestas creíbles

En privado, la Casa Blanca ha dicho que no tiene planes de responder a esa amenaza potencial con otro arma nuclear. El secretario de Defensa ha prometido que no escalaría la situación a un nivel apocalípti­co. «Yo soy el hombre que le daría las recomendac­iones al jefe sobre qué deberíamos hacer, así que me aseguraré de que sean respuestas creíbles que en términos efectivos logren lo que queremos», dijo en conferenci­a de prensa el pasado jueves.

La respuesta dependería también del tipo de ataque, ya que el uso de armas nucleares tácticas implican un alcance menor que las cabezas nucleares que se usan para los misiles balísticos interconti­nentales. El tamaño del arma y hasta el viento serían factores determinan­tes, pero todos los expertos coinciden en que cualquier pequeña explosión nuclear podría causar miles de muertos y , sobre todo, convertir partes de Ucrania en zonas inhabitabl­es durante décadas.

William Alberque, director de Estrategia, Tecnología y Control armamentís­tico del Instituto Internacio­nal para Estudios Estratégic­os, no cree que Putin vaya en serio, porque de irlo «ya las habría utilizado», afirmó en un artículo de opinión. A juicio de Alberque, Rusia las usa como elemento disuasorio para evitar que la OTAN intervenga directamen­te en el conflicto y amedrentar a sus socios europeos que, como dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo ven como un chantaje en el que no piensan caer.

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DIMITAR DILKOFF/AFP Un artillero ucraniano dispara un cañón D-20 cerca de Bajmut, en el frente del Donbás.

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