Meloni se enfrenta a su primera crisis migratoria cerrando puertos
ROMA. Se ha acabado la época en la que Italia accedía a que desembarcaran en sus puertos los migrantes socorridos por las naves de ONG de otros países. Lo dejó bien claro Matteo Piantedosi, ministro del Interior del Gobierno liderado por Giorgia Meloni, en una entrevista publicada ayer en el diario ‘Corriere della Sera’. En este momento hay más de 1.000 personas salvadas por barcos de ONG en el Mediterráneo central, a la espera para desembarcar desde hace días, en algunos casos hasta doce.
«No podemos encargarnos de los migrantes recogidos en el mar por naves extranjeras que operan sistemáticamente sin la preventiva coordinación con las autoridades», dijo Piantedosi, que fue jefe de gabinete del líder de la Liga, Matteo Salvini. Este, actual ministro de Infraestructuras y Transportes, reclama la autoridad sobre los puertos insistiendo en que no deben llegar los migrantes salvados por las ONG.
Según datos de Piantedosi, las llegadas por esa vía suponen solo el 16% de los desembarcos. En lo que llevamos de 2022 arribaron a Italia por el Mediterráneo central casi 86.000 desplazados, frente a los 53.800 del mismo período de 2021 y 28.300 de 2020. «Ya que nos hacemos cargo del restante 84% de los migrantes llegados a nuestras costas, con otros medios o salvados por nosotros, esperamos que se haga realidad la tan mencionada solidaridad europea», dijo el ministro para exigir que los países de bandera de las naves humanitarias se hagan cargo de las personas salvadas.
Matteo Piantedosi se mostró además partidario de impedir que zarpen los barcos de inmigrantes desde el norte de África, el objetivo que persigue el acuerdo entre Italia y Libia que se renovó este miércoles de manera automática por otros tres años.