Lula llega a España para reactivar la alianza comercial entre Brasil y la Unión Europea
MADRID. El presidente de Brasil, Luiz Inazio Lula da Silva, concluyó ayer su visita oficial a Portugal entre abucheos de la ultraderecha lusa y llegó a España para reavivar las relaciones diplomáticas con el Gobierno de Pedro Sánchez. Hoy tiene programada una reunión con su homólogo. Tras el encuentro, en el que estarán varios ministros de ambos países para intercambiar métodos de trabajo, se trasladarán al Palacio Real y serán recibidos por el Rey Felipe VI.
Lula intenta recuperar las relaciones con Lisboa y Madrid como primer paso para tejer alianzas con la Unión Euro- pea. El Ejecutivo brasileño pretende dejar atrás el ‘impasse’ diplomático durante el mandato del expresidente Jair Bolsonaro, cuando se suspendió el contacto entre los países por cuatro años debido a las diferencias políticas con la Administración brasileña. Antes de Europa, el mandatario ha pasado por China, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Uruguay y Estados Unidos.
La llegada de Lula a la península ibérica no ha estado exenta de polémica. Ayer, en el Parlamento de Lisboa una decena de diputados de ultraderecha protestaron por su discurso con motivo del 49 aniversario de la Revolución de los Claveles, que puso fin a 48 años de dictadura en Portugal y a 13 años de guerras coloniales en África. Los opositores, que portaban carteles sobre la corrupción y banderas de Ucrania, tuvieron que ser apercibidos por el presidente de la Cámara, Augusto Santos Silva, quien instó a detener los «insultos» y dejar de «avergonzar en nombre del país».
Las palabras de Lula fueron abucheadas y, mientras la bancada de la izquierda lusa aplaudía, los diputados de derecha golpearon los escaños. Al término de su visita de Estado, antes de emprender el viaje a España, el mandatario latinoamericano tildó esa protesta de «papelón» de la ultraderecha. Aunque reconoció que estas situaciones son «habituales» en política, lamentó el «ridículo» que han protagonizado estos congresistas, propio de quienes «no tienen nada bueno que hacer». «Cuando lleguen a casa y se tumben en la cama, deberían reflexionar sobre el papelón que han hecho hoy», manifestó.
Los parlamentarios del partido de Chega, afines a Bolsonaro, también habían convocado una manifestación en el exterior de la sede de la Asamblea para rechazar el recibimiento que dieron las autoridades portuguesas al líder de la izquierda brasileña. Fuera del edificio, dos grupos de manifestantes se situaron a cada lado del edificio: unos a favor de Lula y otros en contra. Todos ellos fueron controlados por un fuerte dispositivo.