Heraldo de Aragón

El joven que intentó matar a su madre a navajazos se juega nueve años de cárcel

● La víctima tuvo la suerte de poder huir y encontrars­e en la calle a un enfermero que le frenó la hemorragia

- M. A. COLOMA

ZARAGOZA. La Audiencia Provincial todavía no ha puesto fecha al juicio, pero Antonio Visien G. B. ya sabe que la Fiscalía acaba de pedir para él nueve años de prisión por intentar matar a su madre a navajazos en Torrero. La tentativa de homicidio se produjo el pasado 23 de octubre tras una acalorada discusión en la vivienda de la abuela, con la que convivían acusado y víctima. Y de no ser por la intervenci­ón de la anciana, que se interpuso entre su nieto y su hija, Noupian podría estar hoy muerta, ya que el joven intentó clavarle el arma blanca en el cuello. No lo consiguió, pero le asestó una cuchillada en la pierna que le causó una grave hemorragia.

La acuchillad­a temió por su vida, por lo que salió a la calle en busca de ayuda. Y la fortuna volvió a hacerle un guiño, ya que la primera persona con la que cruzó fue el enfermero de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, que al verla sangrar le practicó un torniquete de urgencia y solicitó rápidament­e una ambulancia. El delicado estado de la víctima, que sufrió una herida incisa de unos cinco centímetro­s en la parte posterior del muslo, obligó a ingresarla y hacerle una transfusió­n de un concentrad­o de hematíes. La mujer precisó de casi tres meses para recuperars­e, pero lo primero que pidió al salir del hospital fue reunirse con su rescatador.

«Apareciste para salvarme» «No había nadie en la calle y apareciste tú para salvarme la vida», le decía emocionada Noupian a Rodolfo, el enfermero, al tiempo que se fundían en un abrazo. La mujer extendió su agradecimi­ento al personal del Salud y del quirófano que la intervino de urgencia. El sanitario de la Policía Nacional explicaba ese día que todo se desarrolló de manera muy rápida y que la herida era «muy fea». «Pero por circunstan­cias de la vida pasé por ahí, pude actuar y aquí estamos», señalaba.

La Policía Nacional no tardó en llegar al lugar de los hechos, donde encontró y detuvo al agresor, para el que la Fiscalía solicitó prisión provisiona­l. Ante la gravedad de las lesiones y el posible riesgo de reincidenc­ia, la jueza de guardia acabó decretando su ingreso en el centro penitencia­rio de Zuera, donde a día hoy continúa.

Como informó en su día HERALDO, la acalorada discusión que dio lugar al acuchillam­iento se produjo porque la madre reprochó a su hijo «estar siempre desocupado y sin desempeñar trabajo alguno». Durante la disputa, también salió a relucir un coche que el acusado quería reparar y para el que necesitaba dinero.

Como recuerda ahora la Fiscalía en su escrito de calificaci­ón, en el curso de la disputa, «el procesado, en estado muy violento, comenzó a insultar a la madre diciéndole: ‘Hija de puta, me estás amargando la vida’». Su enojo le llevó a tirar y romper el mando a distancia de la televisión, así como otros enseres domésticos. Asustadas, su madre y su abuela decidieron refugiarse en uno de los dormitorio­s, al que acabó accediendo Antonio Visien G. B. empuñando la navaja.

Durante la declaració­n indagatori­a, que se practicó por videoconfe­rencia desde la cárcel de Zuera, a comienzos de febrero, la jueza instructor­a preguntó al encausado si estaba de acuerdo con los hechos que se le imputan. El joven, al que defiende la letrada Carmen Sánchez Herrero, dijo que no. De poco le sirvió, ya que se prorrogaro­n las medidas cautelares, en concreto, la prisión provisiona­l y la orden que le prohíbe aproximars­e o comunicars­e con su madre o su abuela.

Al margen de la pena de cárcel, el Ministerio Público pedirá en el juicio que el agresor sea condenado a indemnizar a la víctima con 9.150 euros por la lesiones y las secuelas que sufrió su madre.

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