Rusia expulsa a diplomáticos, funcionarios y empleados alemanes
● Limita a 350 el número de trabajadores de instituciones germanas que pueden estar acreditados en la Federación Rusa
BERLÍN. Cientos de funcionarios y empleados de instituciones alemanas en Rusia han sido expulsados del país por orden de las autoridades de Moscú en una nueva escalada en el empeoramiento de las relaciones entre el Kremlin y Berlín, según informó ayer el rotativo muniqués ‘Sueddeutsche Zeitung’. La medida afecta a diplomáticos acreditados en este territorio, pero también a docentes del Colegio Alemán en la capital moscovita y a otro personal relacionado con el ámbito cultural como los trabajadores de los distintos Institutos Goethe repartidos por la geografía rusa. El diario no especifica su número, pero habla de centenares de afectados.
La oficina de la jefa de la diplomacia alemana, la verde Annalena Baerbock, señaló que la decisión de ordenar el abandono del país a esas personas de nacionalidad germana fue tomada ya en abril por el Ministerio de Exteriores ruso y que se debe a la introducción de un tope superior para el personal de las representaciones diplomáticas y otras instituciones de Alemania acreditado en la Federación Rusa. «Ese límite establecido a partir de junio exige grandes recortes en todas las áreas de nuestra presencia en Rusia», señaló un portavoz del Ministerio de Exteriores en Berlín, quien precisó que a partir de esa fecha solo podrán permanecer unas 350 personas.
La medida ha sido recibida como una represalia por el intento del Gobierno germano de deshacerse de aquellos colaboradores de los servicios secretos rusos que actúan en Alemania camuflados como diplomáticos. Cuando varias decenas de ellos tuvieron que abandonar territorio germano tras ser declarados «personas non gratas» el pasado mes de abril, el Ministerio de Exteriores de Rusia calificó la expulsión de «actuación hostil de Berlín» y anunció consecuencias.
Al parecer, Moscú acusa ahora a las autoridades germanas de haber enviado a Rusia el doble del personal que el Kremlin ha destinado a Alemania.
«Ante esa decisión unilateral, injustificada e incomprensible, el Gobierno federal trata de garantizar ahora una presencia mínima de sus mediadores en Rusia asegurando a la vez una suficiente presencia diplomática», recoge el ‘Sueddeutsche Zeitung’ del Ministerio de Exteriores alemán, que reconoce que eso es solo posible «reduciendo apreciablemente en todas las áreas el número de empleados». Berlín no descarta responder a esa medida del Kremlin. A partir de ahora, el Ejecutivo germano «estará atento para que en el límite superior de la presencia rusa en Alemania se dé en la práctica un verdadero equilibrio».