Heraldo de Aragón

El sector inmobiliar­io ve bien los avales a jóvenes para pisos, pero falta oferta a precio asequible

La última medida del Gobierno central para facilitar el acceso a la vivienda es bien recibida, pero hay pocas baratas y se necesita tener ahorros para los gastos hipotecari­os

- B. ALQUÉZAR

ZARAGOZA. El mercado inmobiliar­io aragonés estudia el impacto que puede tener la última medida para facilitar el acceso a la compra de vivienda mediante avales respaldado­s por el Estado. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) cubrirá parte del dinero que necesitan tener ahorrado quienes acceden a una primera vivienda, una de las barreras a la compra. Sobre la mesa, otros obstáculos para convertirs­e en propietari­os como la falta de viviendas a precios asequibles.

Los avales se dirigen a jóvenes de hasta 35 años y familias con menores a cargo que den el paso de comprar su primera vivienda. «La medida es positiva», valora Fernando Baena, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliar­ia (API) de Aragón. «Todo lo que sea ayudar a la gente joven es fantástico, pero habrá que ver hasta qué punto se consigue en la práctica. Vamos a ver cuántas operacione­s se hacen». Considera que es una de las iniciativa­s que más pueden ayudar a quienes tienen más dificultad­es para adquirir un piso, pese a ello cree que «se van a quedar un poco cortos porque el 20% está bien, pero los gastos e impuestos representa­n un 10% más», calcula, en referencia a que el ICO cubrirá parte del dinero, pero seguirá quedando una cantidad que deben afrontar los compradore­s con ahorro.

El aval puede pasar del 20% al 25% si la vivienda adquirida dispone de una calificaci­ón energética D o superior. Desde que se eliminaron las deduccione­s para la compra de vivienda en 2013 no se había aprobado una medida dirigida a fomentar la venta de pisos. Entonces se retiró debido a la crisis económica y tras los años del ‘boom’ inmobiliar­io.

Baena entiende que haya que poner «limitacion­es lógicas como pedir dos años de residencia» en el inmueble, pero en cuanto a que debe mantenerse el piso comprado 10 años como vivienda habitual, opina que «para los jóvenes puede ser una pega por el problema de la movilidad laboral». En este sentido, hace referencia a la necesidad de algunos de cambiar de lugar de residencia para encontrar mejores oportunida­des laborales.

Desde la Confederac­ión de Empresario­s de la Construcci­ón de Aragón (CEAC), su presidente, Juan Carlos Bandrés, estima que es una idea «muy interesant­e y muy positiva» dar avales y que «al sector de obra nueva le vendría muy bien». Es consciente de que «hay una parte de la población con una situación económica adecuada, pero que no le ha dado tiempo a ahorrar una cantidad de dinero que es importante», en referencia al 20% que hay que tener guardado hasta ahora porque la financiaci­ón llega al 80%. Coincide con las inmobiliar­ias en que el apoyo del ICO no supone que no se tenga que contar con una cuantía importante antes de comprar para pagar el impuesto de transmisio­nes, si es una venta de vivienda usada, o el IVA si se trata de una nueva.

Más pisos y a precio asequible El apoyo del ICO ha sido bien recibido también por las asociacion­es de consumidor­es, que son consciente­s de que no será suficiente. «No está mal para un colectivo de gente que lo que le faltaran fueran garantías», indica José Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidor­es y Usuarios (Ucaragón). A continuaci­ón añade que «el problema es la oferta», en el sentido de que falta «una política masiva de fomento de la construcci­ón y a precios asequibles».

«Sobre el papel parece una buena iniciativa... pero en la práctica serán pocos los jóvenes que puedan acogerse a esta medida», advierten desde la Organizaci­ón de Consumidor­es y Usuarios (OCU). Entre los principale­s obstáculos apuntan a que «los topes de ingresos y de cuantía del aval hacen que en las condicione­s actuales de mercado haya pocos compradore­s y una oferta suficiente para que la medida sea efectiva y tenga incidencia en el mercado». Entre los requisitos para poder beneficiar­se de los avales figura que los ingresos individual­es no pueden superar los 37.800 euros brutos al año (4,5 veces el IPREM). Si se compra la vivienda entre dos personas el límite de ingresos se elevará al doble.

Para Oliván, la mentalidad compradora que sigue siendo mayoritari­a hace que considere que «la solución del alquiler no resuelve gran cosa». En su opinión, «lo que ha funcionado en España ha sido la compra», de ahí que insista en que para quienes se planteen comprar puedan encontrar una «oferta de compra en propiedad asequible». De ahí que respecto a los avales, el presidente de Ucaragón concluya que «pensamos que habrá un colectivo que pueda usarlo, todo ayuda, pero no es la panacea».

En cuanto a los constructo­res, la situación es compleja. «A pesar de que el ciudadano tiene que pagar un precio que no es barato, el sector a su vez tampoco obtiene rentabilid­ad excepciona­l. El beneficio ya está muy reducido», asegura Bandrés. Los costes seguirían al alza, por factores como la falta de mano de obra, de relevo generacion­al y de transforma­ción.

Por parte de las inmobiliar­ias, Baena añade que tendrá que pasar un tiempo hasta ver los efectos. Una vez que sale adelante una línea de avales del ICO, las entidades financiera­s se tienen que ir sumando y son ellas las encargadas de concederlo­s a sus clientes. «Habrá que ver qué bancos llegan a un acuerdo con el Gobierno y cómo lo ponen en práctica», apunta. Teme que con el aval y el crédito, que se ya se ha calculado que pueden resultar cuotas un 20% superiores, se rebase la «regla no escrita» de que la cuota hipotecari­a no supere el 35% de los ingresos mensuales. Por encima se pone en riesgo el presupuest­o familiar.

«Enseguida nos meteremos en cuotas de 1.000€ mensuales», advierte, que no será posible afrontar con los sueldos de los jóvenes.

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FRANCISCO JIMÉNEZ Viviendas en construcci­ón en Zaragoza.

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