El VAR publica los audios de la roja del Cartagena
que ha encontrado una idea de juego, no la ha convertido en un pasaporte hacia la victoria. Ni ha crecido como equipo; ni ha evolucionado su fútbol; ni ha subsanado sus carencias principales; ni ha potenciado sus fortalezas. Tampoco ha dado nunca la sensación de hacerlo, ni siquiera durante el periodo de ocho jornadas invicto con Velázquez. Al equipo, entre empates y alguna victoria, siempre se le aprecio cierta musculatura competitiva, aunque también un fútbol incompleto, escaso, conservador e incierto que le pudo dar algún punto más, pero también restarle.
El factor Badía
En este sentido, el impacto de Edgar Badía marca la diferencia esencial entre el rendimiento del Zaragoza de Fran Escribá y el del Zaragoza de Julio Velázquez. El conjunto aragonés sigue manteniendo su bajo caudal goleador. Marcaba 1 gol por partido con Escribá y ahora 1,09 con Velázquez. Tampoco hay grandes diferencias en la generación de ocasiones. Los goles esperados a favor (XG) del Zaragoza han pasado de 1 a 0,9 con
El VAR facilitó esta vez las cosas al Real Zaragoza, aunque ni por esas el equipo de Julio Velázquez pudiera lograr la victoria ante el Cartagena. El videoarbitraje dejó al equipo albinegro con diez jugadores,
el actual entrenador. Esta métrica avanzada nos determina no solo la cantidad de remates (volumen de ataque de un equipo), sino también la peligrosidad de éstos (calidad de esos ataques). El equipo aún ha empeorado algo, pero es más eficaz.
El gran contraste viene en la incidencia de la portería. El Zaragoza con Escribá tenía en la defensa su principal fortaleza, hasta que Poussin y Rebollo empezaron a influir en negativo. Con el valenciano, se encajaba 1 gol por partido. Ahora, se reciben 0,8. Sin embargo, el ‘factor
portero’ aflora cuando se comparan los goles esperados en contra (XGA), es decir, la cantidad y calidad del peligro generado por los rivales. Con Escribá los XGA por partido fueron de 0,8; mientras con Velázquez son de 0,86. Es decir, con el actual técnico el Zaragoza encaja más o menos lo que le generan. Antes, le anotaban más. La razón principal, sintetizando, es que sus porteros paraban menos.
El Zaragoza ha llegado así a un punto de no retorno en el que los dos próximos partidos, contra Villarreal B y Amorebieta,
definirán hasta dónde puede llegar y cuál es su destino en la temporada.
El equipo se juega mantener viva la llama de la promoción cuando aún faltan quince partidos. Pero Julio Velázquez también se juega su bolsa de crédito. El equipo, con su paso actual, con su modelo de juego de hoy, ya ha exhibido cuál es su potencial. Los síntomas del Zaragoza de Velázquez son muy similares a los del Zaragoza de Escribá. Han cambiado las formas, pero no el fondo.