Cansados de gente sin escrúpulos
Escucho las noticias. Continúan las guerras, las hambrunas, el paro, la carestía, los problemas de los agricultores, pero los responsables ‘de altas capacidades’ que copan los telediarios tienen tiempo para los asuntos que les interesan a ellos. Son capaces de ‘cambiar de opinión’ según sus intereses, dan por válido lo que dicen, aunque sea lo contrario de lo que dijeron ayer. Y rodeados de un séquito de abducidos, convencidos de una manera incomprensible. ¿Será que si se mueven no salen en la foto? ¿Tienen miedo? ¿No pueden ver el miedo del que no puede comer, tener calefacción, trabajo, se siente amenazado por delincuentes, como ha pasado en Barbate? ¿Por qué no trabajan por lo que realmente importa? El escritor francés Nicolas Chamfort (1741-1794) dijo que una persona debería desayunar un sapo cada mañana para estar seguro de no encontrar nada más asqueroso durante el resto del día. Chamfort había apoyado la revolución, aunque no todos sus métodos, y por ello acabó repudiado. Veamos las noticias, no importa que les repitan lo que dijeron antes de ayer, siguen tragando sapos, por su propio interés, por no ponerse de acuerdo buscando el bien de todos, porque están obsesionados con tener razón siempre que haya diferencias con el contrario. La corrupción tiene muchas formas, no sólo la que implica llenarse los bolsillos. ¿Cuándo van a escuchar a tanta gente que les pide en todos los medios que no trabajen para ellos mismos, sino que se unan para trabajar por el país, por todos? Ya estamos cansados de gente sin escrúpulos. Tomás López
ALCAÑIZ