El adelanto de las catalanas al 12 de mayo reta a Sánchez y le obliga a renunciar al Presupuesto
El Gobierno asume que la decisión de Aragonès «altera el tablero» pero niega que la legislatura esté «en riesgo»
MADRID/BARCELONA. Ni el caso Koldo, ni la denuncia contra la pareja de Isabel Díaz Ayuso por fraude fiscal. La noticia saltó ayer por donde menos esperaban los dos principales partidos nacionales, enfrascados en los últimos días en arrojarse a la cabeza sus respectivos escándalos de corrupción. El runrún había comenzado la víspera, pero apenas nadie le había prestado atención y finalmente se convirtió en realidad. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunció a media tarde la convocatoria de elecciones en Cataluña el próximo 12 de mayo después de que sus intentos de convencer a En Comú Podem de que le salvara los Presupuestos cayeran en saco roto. La decisión pone fin a la convulsa legislatura catalana con ocho meses de antelación y añade también tensión al ya inestable mandato de Pedro Sánchez.
Tras semanas de zozobra, desde el fiasco de las elecciones gallegas del 18 de febrero y el estallido del caso que ya se ha llevado por delante al exsecretario de Organización y exministro socialista José Luis Ábalos y salpica a otros cargos del partido, el Ejecutivo cerró la semana pasada con Junts y ERC el pacto que permitió desatascar la polémica ley de amnistía y, ahora, confiaba en poder lanzar un mensaje de cierta normalidad con la presentación, en breve, de los Presupuestos Generales del Estado. Pero ese objetivo se ha tornado de la noche a la mañana en inalcanzable.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya admitió abier
Composición actual del Parlament
tamente en los pasillos de la Cámara baja, poco después de la comparecencia de Aragonès, que la decisión del presidente catalán «altera el tablero político», aunque, en un primer momento, se negó a dar nada por perdido. Los socialistas argüían que no son ellos quienes han provocado la caída del Govern y que los republicanos debían ser conscientes de cuál ha sido su actitud. Solo Salvador Illa apoyaba el proyecto de Presupuestos catalán.
Desde Moncloa se traslada incluso también cierto malestar con Yolanda Díaz, a la que hacen corresponsable de la posición de los comunes, los aliados catalanes de Sumar, que supeditaban la retirada de su enmienda de totalidad a las cuentas catalanas a la renuncia al megacomplejo de ocio, turismo y casinos Hard Rock, en Tarragona. A última hora de la tarde, sin embargo, el Ejecutivo, asumió la situación.
Fuentes de la Generalitat ya habían dejado claro para ese momento que hubiera sido la que hubiera sido la voluntad del PSOE, las negociaciones sobre los Presupuestos de Sánchez se verían afectadas. «No somos hermanitas de la caridad», advirtieron. «No pueden pretender que nos quedemos aplaudiendo la decisión de los comunes, que también forman parte del Gobierno».
El PSOE trata ahora de quitar dramatismo al nuevo escenario. Aunque, en las últimas semanas, la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, ha insistido en que tener los Presupuestos de 2024 era importante para poder desarrollar su proyecto, tanto el ministro de Economía, Carlos