El no de los comunes pone en un aprieto la hoja de ruta de Díaz
MADRID. La rivalidad entre Yolanda Díaz y Esquerra vivió ayer un nuevo capítulo con el no de los comunes a los presupuestos de la Generalitat. La vicepresidenta segunda aguardaba la aprobación de la amnistía hoy en el Congreso para poder desarrollar el programa social de Sumar gracias a los Presupuestos Generales del Estado para 2024. Sin embargo, la decisión de sus aliados catalanes amenaza con dar al traste esta hoja de ruta. Sobre todo después que ayer los de Pere Aragonès, aliados clave del Ejecutivo de coalición, amenazaran con no respaldar las cuentas públicas en el Congreso: «No somos hermanitas de la caridad».
Durante las negociaciones, Díaz evitó implicarse de lleno y mantuvo un papel secundario, según explicó ella misma horas antes de que se conociera el adelanto electoral. «Los comunes son una organización autónoma», insistió. La líder de Catalunya En Comú en el Parlament, Jessica Albiach llegó a insinuar que Esquerra había presionado directamente a la vicepresidenta segunda para que renunciaran a sus intentos de tumbar el Hard Rock, el macrocasino que bloqueaba su apoyo a los presupuestos catalanes, hecho que finalmente no se produjo. «Con nosotros se negocia, no se nos chantajea», zanjó Albiach. Por la tarde, la ejecutiva provisional de Sumar –la definitiva se formará el 23 de marzo tras su asamblea fundacional– se reunió para estudiar las consecuencias del adelanto electoral. «Respetamos y compartimos la decisión de los comunes», explicaron fuentes de la coalición, sin valorar el alcance de las consecuencias de su decisión en la legislatura.