Sánchez y Feijóo se acusan mutuamente de corrupción en otra agria batalla en el Congreso
El presidente del Gobierno exige al líder de los populares la dimisión de Ayuso por la inspección fiscal de su pareja
MADRID. La corrupción convirtió ayer en irrespirable el ambiente en el Congreso durante la sesión de control al Gobierno. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, que protagonizaron el primero de los diez lances que se produjeron entre PSOE y PP en el hemiciclo, escalaron su enfrentamiento en plena tormenta por el caso Koldo y un día después de que se conociera la denuncia que ha presentado la Fiscalía contra la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Esta circunstancia dio pie al jefe del Ejecutivo a contraatacar las acusaciones de corrupción pronunciadas por el líder del PP para exigirle la dimisión de la dirigente madrileña, «aunque le cueste el puesto como a Pablo Casado», dijo a modo de rejonazo.
Se preveía un duelo tenso, pero las expectativas fueron superadas por la realidad desde las nueve de la mañana, con una guerra abierta marcada por el relato del «y tú, más» y entre acusaciones mutuas de corrupción. Sánchez desempolvó la supuesta relación entre Feijóo con el narco gallego Marcial Dorado: «Con ese historial usted ha podido escalar a lo más alto de su partido. En el mío no hubiese llegado ni a concejal de pueblo». Dicho esto, le recordó que pidió la dimisión de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, «por un caso que afectaba a su pareja y que posteriormente fue archivado».
Feijóo, a su vez, le advirtió de que tuviera «cuidado» con esas aseveraciones. «Fiestas sórdidas, decenas de ferraris, chivatazos... ¿No se da cuenta de que debe ser más prudente? Se está investigando a su Gobierno y se le está investigando a usted. Dé explicaciones voluntariamente, ha cometido un gravísimo error. Seguro que en su casa no están muy contentos con lo que acaba de decir», le lanzó, mientras varios diputados de su bancada coreaban el nombre de «Begoña» –Gómez, la esposa del presidente, señalada por su relación profesional con Globalia, la compañía turística rescatada por el Gobierno de su marido–.
«Estamos ante un supuesto muy grave de corrupción, señor presidente, que afecta a su gobierno, a su partido y probablemente a usted», prosiguió Feijóo, antes de exigirle aclarar «hasta dónde puede llegar esta trama de corrupción».
Tras el intercambio de golpes dialécticos, Feijóo sacó del banquillo a sus primeros espada, siempre con el caso Koldo o la ley de amnistía, que se vota hoy, como telón de fondo para confrontar con los titulares de Hacienda, Interior, Defensa, Educación o Presidencia. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, mantuvo su duelo particular con María Jesús Montero, a la que afeó la ley de amnistía, con la que, afirmó, el Gobierno «compra el poder», y la corrupción, en referencia al caso Koldo.
Cambio de planes
El cambio de planes con la noticia que sacudió el lunes Génova se evidenció cuando el portavoz de los populares, Miguel Tellado, tuvo que rectificar sobre la marcha una pregunta preparada para la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, también líder de Sumar. «¿Qué opina usted del indulto por delitos de corrupción?», era el texto registrado. Pero el dirigente gallego del PP acabó reconociendo que «esta pregunta no va con usted» e insistió en cargar contra los socialistas por el caso Koldo: «Sí que podían ir más lejos, con una trama de comisiones y mordidas en la compra de mascarillas por parte del Gobierno de Pedro Sánchez cuando en nuestro país morían cientos de personas al día víctimas del covid. Tres ministerios del Gobierno de Sánchez implicados en la trama».
Pero Yolanda Díaz, que hasta entonces había mantenido el gesto serio durante toda la sesión y había evitado aplaudir las acusaciones de Sánchez a Feijóo, señaló que no iba «a contribuir a este espectáculo porque la corrupción es demasiado grave en este país».