Víctor busca sus once mejores
El nuevo entrenador del Real Zaragoza trabaja intensivamente en el cambio de formas y sistema de juego Elimina el 5-3-2 de Velázquez para pasar a un 4-4-2 (o 4-3-3) en busca de más llegada y, sobre todo, más gol
ZARAGOZA. Víctor Fernández comenzó ayer a toda velocidad el trabajo de reparación del equipo que le exigen las circunstancias adversas con las que hereda a este Real Zaragoza que es 14º en la clasificación, a 7 de la zona de descenso y alejado a 11 de la de promoción de ascenso, con una racha reciente de un punto sumado de los últimos 15 disputados.
El nuevo entrenador, tercero del curso, está inmerso en la búsqueda de los 11 mejores futbolistas que puedan adecuarse al sistema 4-4-2 (o 4-3-3 en determinadas fases del juego) con el que se presentará el Zaragoza el domingo en La Romareda ante el Espanyol (18.30). Una tarea nada sencilla cuando la temporada está ya en su recta final –se han jugado 30 partidos y solo restan 12 jornadas– y los futbolistas están inmersos en una depresión superlativa que deriva del paso de dos entrenadores dispares, como fueron Fran Escribá y Julio Velázquez. Ambos fueron incapaces de hallar la fórmula adecuada y, progresivamente, empeoraron uno la solvencia del otro y, a su vez, sus propias trayectorias personales al frente del vestuario.
Es tiempo de mucha práctica y poca teoría. De ensayos repetitivos, claros, concisos y comprensibles. Nadie va a sentirse extraño, pues Fernández ya remarcó en su presentación hace 48 horas que «los pondré en su sitio, con una propuesta de fútbol que considero que se corresponde con el nivel de la plantilla», avisando de que «en ese dibujo táctico habrá muy poca gente, ninguno o uno como máximo, que esté sacrificada por cuestiones tácticas; en mi idea será difícil ver posiciones forzadas en nadie».
No es complicado entender los modales tácticos de Víctor. Un portero, dos laterales que, además de defender como primera obligación, sepan subir la banda cuando sea preciso y dos centrales que den altura (envergadura) y cierta salida de balón desde atrás del todo. Un medio campo donde haya un distribuidor ágil, rápido y profundo; dos volantes de fuelle y recorrido, con obligación de llegar al área rival a menudo; un media punta que pueda ser, además de pasador y asistente de balones de gol, sepa definir ante el marco adversario con naturalidad. Y, arriba, dos delanteros, dos puntas complementarios a la vez que diferentes. Que fijen a los defensas del contrincante la mayor parte del tiempo, que pisen el área de forma habitual, que rematen varias veces a lo largo de los noventa y tantos minutos de cada partido.
Parece algo sacado del catón del fútbol más que centenario. Pero, si se mira bien, en muchas de estas breves pinceladas descritas, el actual Real Zaragoza viene suspendiendo sus asignaturas de forma tan terrible como alarmante. Por eso salieron disparados Escribá y Velázquez del banquillo y por eso está de vueltas
de entrenador en el primero equipo en las últimas horas.
De todos los futbolistas canteranos que suelen entrenarse con el grupo profesional en las últimas semanas, ha sido Liso –seguramente el menos habitual en el papel de apoyo durante la semana en los ensayos (tanto con Escribá como después con Velázquez)– el que más ha llamado la Víctor Fernández. Casi nada de eso descrito ha sido aplicado con éxito este año aquí.
Criterios de selección
En la portería, Víctor no va a tener dudas. Badía es el titular con
atención del nuevo cuerpo técnico, con Víctor Fernández y David Navarro al frente.
Liso, de 18 años, ha descollado en los últimos dos ensayos en ese tipo de acciones que Víctor trata de encontrar entre los miembros del plantel para dotar al equipo de cosas diferentes. Sus goles (golazos), la capacidad de desborde y el veneno en las acciones seguridad, vistos además los problemas de reajuste de Cristian Álvarez tras su larga lesión de meses. Poussin y Rebollo son secundarios, salvo incidencia aleatoria.
En los laterales sí que surgen las primeras disfunciones para el nuevo técnico. Fernández siempre prefirió, en sus etapas más recientes, futbolistas que dotaran de fuerza y estatura a la zaga desde las bandas. Recuérdese, en el último año bueno en el Real Zaragoza en Segunda División, su elección de Vigaray (fichaje ‘ad hoc’ suyo, de 1,82 de estatura) por la derecha y de Nieto (1,81) por la izquierda. Ahora, el elenco del equipo no tiene esas piezas. Nieto está lesionado de gravedad desde septiembre. En el lado diestro, Gámez aporta solo 1,74 de altura y Zedadka 1,73. Por la izquierda, Lecoeuche ofrece un escaso 1,72.
Los centrales, por lo tanto, deberán apuntalar con firmeza esa carencia de centímetros en las alas. Así, Jair, el más grande (1,91), tiene mucho a su favor para ser la mitad de la dupla. El otro puesto deberá salir del trío FrancésMouriño-Lluís López. El siguiente en alzado es el uruguayo Mouriño, con 1,86. En este baremo, salen malparados Francés (1,80) y Lluís López (1,82), aunque el canterano aragonés aporta otros valores que lo hacen relevante en el nivel medio de esta plantilla. No faltará en el once.
En la línea medular, si los cuatro hombres elegidos forman en rombo, el medio centro especialista que trajo Juan Carlos Cordero en verano es el canterano Marc Aguado. Ahí debería estar el motor de distribución. Pero este futbolista necesitará meterle dos o tres marchas más a su ritmo habitual y, sobre todo, pensar siempre en avanzar, en llegar rápidamente a la línea del área adversaria y no abusar del pase lateral, del apoyo corto e insustan
dentro del área, todo en valores potenciales que luego habría que trasladara a un terreno de juego en un partido oficial, no han pasado desapercibidos.
El futbolista de El Burgo de Ebro ya hizo la pretemporada del pasado verano con Escribá, concentración en San Pedro del Pinatar (Murcia) incluida. Con la llegada de la liga, el club decidió
que siguiera su progresión combinando partidos en División de Honor de Juveniles y en Segunda RFEF. Y ahí está. Con un par de goles en su haber en el Aragón y más continuidad y tantos en el equipo de su categoría natural por edad.
Si Velázquez empujó al primer equipo a Terrer en las últimas dos semanas, Víctor puede hacerlo con Liso enseguida.