Heraldo de Aragón

CRISTINA DE INZA «Aragón tiene que avanzar para ser una tierra de empuje cultural»

ACTRIZ

- PEDRO ZAPATER

Para quien no conozca nada sobre ‘Un delicado equilibrio’, ¿de que trata esta obra?

Es el retrato de un hogar estándar, a priori, aunque no lo es porque cada familia carga con sus mochilas. De repente llegan a la casa unos amigos, vienen por pánico, por miedo, por terror, y se instalan en ella. Y a partir de ahí, ese delicado equilibrio que tenía esta familia concreta se pone en peligro.

En ella interpreta a Edna...

Es una vecina que viene huyendo del terror y pide auxilio a sus mejores amigos. En definitiva, la obra habla de las relaciones familiares, de las relaciones de amistad, te pone frente a un espejo. ‘Un delicado equilibrio’ recibió en 1967 el Premio Pulitzer de Drama, es un texto de Edward Albee grandioso y muy adelantado a su época. En él criticaba la sociedad acomodada norteameri­cana, pero a la vez se metía con la hipocresía, la superficia­lidad. Enfrenta al espectador con lo que representa la familia y la amistad.

La capital aragonesa es una plaza dura, un banco de pruebas donde se estrena antes que en Madrid o Barcelona...

Suelen estrenarse aquí antes porque el público es exigente, y eso es bueno para tantear y testar qué funciona y qué no. Albee era muy hábil con la pluma y ‘Un delicado equilibrio’ es una obra que te va a poner en tensión, pero que tiene ese humor negro, ácido, que es tan inteligent­e y tan sibilino.

¿Qué siente al volver a su ciudad con este nuevo espectácul­o?

Vengo con muchas ganas. Es un gusto volver a casa, a mi ciudad, con mi gente, con mi familia... El calor que te da todo eso es insuperabl­e e inimitable en ningún lado. Y gracias a Dios estamos varios días. Aprovechar­é para llevar a mis compañeros por ahí para que disfruten un poco de Zaragoza.

Y regresa al Principal, donde estuvo con ‘Muerte de un viajante’, junto a Imanol Arias...

Así es, aunque aparte de produccion­es que vienen de Madrid o de otros lugares solo falta que se puedan ver más compañías aragonesas. Eso es algo que me encantaría porque es nuestro teatro, de la profesión, es la casa de los actores de Aragón, donde se tendría que fomentar la proyección de todas las compañías, de los equipos, de los profesiona­les de la cultura...

En la programaci­ón del Teatro del Mercado figuran muchas compañías aragonesas…

Está muy bien. Pero el tamaño del teatro depende del espectácul­o que hagas, no de quién lo realice.

Pocas actrices pueden decir que han trabajado a las órdenes de Carlos Saura en teatro (‘El Coronel no tiene quien le escriba’) y cine (‘El séptimo día’). ¿Se siente afortunada por ello?

La verdad es que sí. Entonces acababa de llegar a Madrid, conseguí un papel muy pequeño en ‘El séptimo día’, pero tuve el privilegio de estar en el rodaje muchos días y ver trabajar a Carlos Saura. Me quedé ojiplática, absorbiend­o como una esponja todo lo que decía.

Aquel papel era de especialis­ta...

Efectivame­nte. Se necesitaba una especialis­ta, aunque al final Saura me dio unas frases para el papel. Pregunté en qué consistía y me dijeron que tenía que simular recibir un disparo y tirarme para atrás. Estuvimos haciendo la escena nocturna, improvisé y a Carlos le gustó. Cuando vino a dirigir en teatro la obra ‘El coronel no tiene quien le escriba’ le recordé que me había colado en el rodaje de especialis­ta y se partía de risa.

¿En qué otros proyectos la veremos próximamen­te?

Hay alguno, pero todavía no lo tengo cerrado. En esta profesión, a los 58 años, si puedo seguir trabajando y haciendo teatro, de verdad que me doy con un canto en los dientes. Estoy agradecida siempre porque es muy complicado. Hay pocos papeles de mujeres de cierta edad. En el caso de los hombres siempre hay más personajes de todo tipo, pero la vida nos dice que también hay mujeres juezas, inspectora­s de policía, cirujanas… Ahora se ven algo más. Sin embargo, el crecimient­o de papeles así de nuestra edad es muy lento. Parece que no nos pasa nada, y le juro que nos siguen pasando miles de cosas.

Usted se fue a Madrid con casi 40 años, por amor. En el apartado laboral, ¿le resultó complicado retomar allí su carrera como actriz?

Yo estaba en Zaragoza feliz, trabajando con muchas de las compañías que había en Aragón, pero a los 39 años me fui. Fue muy complicado, porque no tenía 20 años, me emparejé tarde, queríamos ser padres, y me quedé embarazada. Fui madre con 40 años y tuve que buscarme la vida para compatibil­izar la crianza y volver a trabajar. Tuve suerte porque entonces estaba en el Teatro del Temple con la obra ‘Picasso adora la Mar’, que había ganado el Premio Max al espectácul­o revelación, y la llevamos al Teatro de la Abadía. Sin conocer a nadie, me puse a invitar a directores de castin a verla e iba con mi ‘videobook’ y mi carpeta de productora en productora, de agencia en agencia. Empecé haciendo publicidad, figuración, cortometra­jes, y a la vez criando a mi hija. Fue saliendo poco a poco, un trabajo llevó a otro, y hasta hoy.

¿Y si no hubiera funcionado?

Siempre me he manejado porque en Zaragoza era muy difícil vivir de la actuación, así que estudié Turismo y Magisterio. Combinaba trabajos, nadie quería los temporales y yo los cogía todos con tal de poder hacer teatro. Ahora en Zaragoza ya hay más mundo audiovisua­l, pero en aquella época estaba todavía arrancando. Aunque en este sentido, Aragón tampoco ha sido una tierra de empuje cultural como Galicia, Andalucía, Cataluña o País Vasco, que tienen sus propias series de ficción, su propio desarrollo.

Una asignatura pendiente.

Tienen que producirse avances en este sentido. Hace falta un tejido más profesiona­l, más fuerte, más consolidad­o, para poder desarrolla­r tu trabajo y vivir de eso. Llevamos muchos años así y seguimos sin tener una escuela oficial de teatro, una ficción potente...

 ?? OLIVER DUCH ?? La actriz aragonesa Cristina de Inza.
OLIVER DUCH La actriz aragonesa Cristina de Inza.

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