Sánchez presenta a Feijóo como rehén de la presidenta madrileña y su entorno
MADRID. La imputación judicial a la pareja de Isabel Díaz Ayuso por los indicios de fraude fiscal en el impuesto de Sociedades y las sospechas de que, además, cometió un delito de falsedad documental ha dado nueva munición al PSOE no ya contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, sino contra Alberto Núñez Feijóo, al que Pedro Sánchez recriminó ayer su silencio. La apertura de diligencias previas contra Alberto González Amador llegó días después de que Ayuso afirmara, en sus primeras declaraciones sobre el caso, que no solo que era «falso» que su novio debiera dinero, sino que era Hacienda la que le adeudaba 600.000 euros. Ayer, los socialistas salieron en tromba a defender que el paso dado por la juez amerita la dimisión de la baronesa madrileña y a cuestionar las razones del líder de la oposición para no exigírsela.
En una comparecencia en Bruselas, tras el Consejo Europeo,
el presidente del Gobierno reavivó la tesis de que Feijóo llegó a Génova después de que el PP prescindiera de su antecesor, Pablo Casado, por haber denunciado la supuesta corrupción del hermano de Ayuso, una causa que fue archivada por la Fiscalía. «Quizá por eso el señor Feijóo no se atreva, no quiera o no puede exigir responsabilidades políticas a la señora Ayuso», incidió Sánchez.
El PSOE ha visto en el caso que afecta a González Amador una oportunidad para tratar de reducir el impacto del ‘caso Koldo García’, quien fuera el más cercano asistente del exministro y ex secretario de Organización socialista José Luis Ábalos. Una trama a partir de la cual los populares han situado en el punto de mira a otros cargos socialistas como la presidenta del Congreso y exgobernante balear, Francina Armengol, e incluso a la esposa del jefe del Ejecutivo, Begoña Gómez.