«Dicen que soy la banda sonora de la Semana Santa»
Abel Moreno es un onubense que reside en Sevilla. Este compositor es el ‘padre’ de la mayoría de las marchas de Semana Santa que las bandas de música interpretan en toda España estos días. Sus piezas han cruzado las filas de una procesión y han llegado, incluso, al séptimo arte.
Disculpe el atrevimiento, ¿qué politono tiene en el móvil?
¡Llámame y lo verás!
¿‘La madrugá’?
No podía ser de otra manera.
Así que en su caso es Semana Santa de pascuas a ramos.
Vivo más intensamente los fines de semana de la Cuaresma, con conciertos en toda España, y descanso cuando llega el Domingo de Ramos.
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de la Semana Santa?
Las primeras procesiones que me vienen a la cabeza son en mi pueblo, cuando tenía 7 años. Eran recorridos de dos horitas y media... ¡Nada de diez horas como en Sevilla! Esas las viví más tarde. Los músicos decimos que salimos afeitados y cuando entra la Virgen ya nos ha salido la barba.
¿Qué ha cambiado de las procesiones de su infancia?
La música, por ejemplo. Las bandas de música antes eran más sencillas y ahora se han engrandecido con instrumentos nuevos. Los costaleros han impuesto también un estilo de música diferente.
Imagine: está en la calle y pasa una banda tocando una de sus piezas. ¿Qué siente?
Es difícil que no suene una marcha que haya compuesto yo (ríe). ‘La madrugá’ es la más interpretada ahora mismo en el mundo entero y no solo está relacionada con la Semana Santa, sino que también se ha escuchado en el cine, como en una batalla de ‘Alatriste’. Hasta entonces era al revés: en procesiones se escuchaban ritmos militares y las mías se han elevado a otros ámbitos.
¿Alguna anécdota en torno a sus marchas?
Una noche de veraneo tenía en la puerta de casa un coche tuneado con la música a tope en los altavoces, era ‘Macarena’. Y le dije: «Esa marcha es mía». A lo que el joven me contestó: «Suya, mía y de toda Sevilla». (Ríe)
Así que ha logrado conectar con con todos los públicos.
En otra ocasión vi un grupo de niñas que quería que dos jóvenes les firmaran autógrafos y al final fueron ellos quienes me querían saludar a mí. Eran Andy y Lucas.
Creo que su vínculo con Aragón es fuerte.
Llegué a Zaragoza la víspera de San Valero de 1963, cuando tenía 18 años, destinado a la Academia General Militar para tocar la trompeta. Mi primer recuerdo son los roscones en la plaza de la
Seo, que se los llevaba el cierzo. También me acuerdo de un estudio de Radio Zaragoza que estaba en el sótano del pasaje Palafox. Después ingresé en la orquesta del Casino Mercantil. ¿Entonces conoció la Semana Santa de Zaragoza? ¿Cómo es unir los sonidos más andaluces con los aragoneses?
Trato de personalizar las marchas para el lugar donde se tocan. Por ejemplo, en esta pieza se escuchan matracas, carracas, tambores, bombos... En ‘Al Cristo de la Cama’ están las heráldicas del Silencio. Otra marcha para Aragón fue ‘La Virgen de la Oliva’, para Ejea de los Caballeros, que se interpretó en un concierto benéfico el pasado sábado en la sala Mozart.
¿Y dónde pasa estos días santos?
Normalmente en Sevilla, si no me llama Antonio Banderas para que vaya a Málaga o a presentaciones de nuevas composiciones. El año que fui pregonero de Zaragoza me quedé toda la semana aquí.
Le llaman «mito» de la Pasión.
Incluso dicen que soy la banda sonora de la Semana Santa.