JOSÉ MANUEL ALBARES MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN «No vamos a la tercera guerra mundial, pero hay que avanzar en la Europa de la defensa»
MADRID. No hay tregua para el ministro de Exteriores, tampoco el día de su cumpleaños. José Manuel Albares cumple 52 años este viernes, cuando se realiza la entrevista que habrá que actualizar por la matanza en Moscú. Sus respuestas evitan el alarmismo, pero sí expresan su convicción de que la complejidad de este trance histórico aconseja prepararse no para la guerra sino para evitarla.
¿Qué pretende el Estado Islámico con una masacre así en un punto geopolíticamente tan sensible?
El terrorismo es condenable bajo cualquier circunstancia. Nada importa lo que pueda pretender el Estado Islámico, siempre es injustificable. Nuestra solidaridad está con las víctimas, con sus familias y con el pueblo ruso.
¿Cabe temer que Vladímir Putin redoble su belicismo, con consecuencias sobre Ucrania?
Lamentablemente, la guerra de Ucrania nos ha demostrado que las intenciones de Putin solo Putin las conoce. En cualquier caso, ha habido una reivindicación por el Estado Islámico y Ucrania ha aclarado, desde el primer momento, que no está involucrada. La consternación por este abyecto ataque y la solidaridad hacia el pueblo ruso no son incompatibles con el rechazo a la política belicista de Putin.
¿Hay riesgo de una confrontación bélica que involucre a Europa? ¿Estamos a las puertas de una tercera guerra mundial?
No, en estos momentos no hay ningún indicio de que vaya a producirse una guerra convencional en Europa y mucho menos una tercera guerra mundial. Lo que sí hay son escenarios muy preocupantes para la seguridad y el bienestar de nuestros ciudadanos. Vivimos el momento más complejo y más convulso en el mundo desde la caída del Muro de Berlín.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, cree que la amenaza existe y que la ciudadanía no es consciente de ello.
La obligación de la UE y la del Gobierno de España para con los ciudadanos es la de defender los valores europeos que están siendo cuestionados por la guerra de agresión de Rusia sobre Ucrania. Valores de tolerancia, de pluralismo, de igualdad soberana de los estados y de respeto a la independencia de todos los países para tomar sus decisiones.
¿Crece la posibilidad de que algún socio de la UE despliegue tropas en el frente ucraniano?
Sinceramente, no lo veo y no me consta. Y, desde luego, España no va a enviar tropas. Tampoco Ucrania lo está solicitando. Lo que sí pide es apoyo a través de equipamiento militar, de ayuda humanitaria, diplomático y político.
¿Hay que avanzar en la creación de un ejército europeo? ¿Tenemos que hacernos cargo de nuestra propia defensa?
Tenemos que avanzar hacia una Europa de la defensa. España siempre ha sido favorable a ello y el estadio último sería ese ejército europeo. Pero seamos realistas, estamos muy lejos de eso. Y la seguridad europea está hoy tan garantizada gracias a la
OTAN que dos países de tradición neutral como Finlandia y Suecia se han integrado en ella.
¿Todo esto implica un cambio de mentalidad social?
Estamos hablando de la seguridad de nuestros ciudadanos. Nadie se está preparando para una guerra. Lo que estamos haciendo es tomar las medidas para proveer de seguridad a nuestros ciudadanos. Que se hable de una integración de defensa europea no tiene que llevar a nadie a concluir que nos dirigimos hacia una guerra. Todo lo contrario.
¿Una eventual victoria de Donald Trump en EE. UU. puede poner en peligro esa seguridad?
No voy a especular. Este Gobierno trabaja en total sintonía con la Administración Biden. A partir de ahí, en estos momentos no es posible sustituir la presencia norteamericana a través de la OTAN en la defensa euroatlántica. Y eso no es incompatible con que Europa siga trabajando en el pilar de la seguridad.
Tras el veto de Rusia y China en la ONU, ¿estamos aún más lejos de un alto el fuego en Gaza?
Este es un objetivo irrenunciable porque llevamos ya 31.000 muertos civiles palestinos, porque estamos acercándonos a una catástrofe humanitaria. La gente está muriendo por bombas y por hambre. Decisiones como la de Rusia y China nos incitan a redoblar nuestros esfuerzos, a utilizar las razones en lugar de las armas, para un alto el fuego definitivo que tendría que venir precedido de la liberación inmediata e incondicional de los rehenes.
El presidente Sánchez ha prometido reconocer el Estado palestino esta legislatura.
Cuando llegue el silencio de las armas, lo aprovecharemos para intentar que esta sea la última espiral de violencia. No podemos resignarnos a que en Oriente Medio la violencia sea algo natural. Y todos sabemos cuál es la fórmula.
La solución de los dos estados no suscita un consenso en la UE. ¿Qué hará España si se topa ahí con un muro?
El pueblo palestino no debe estar condenado a ser un pueblo eternamente de refugiados. Gaza y Cisjordania deben estar bajo una única autoridad palestina, conectadas por un corredor para tener continuidad territorial, con una salida al mar y su capital en Jerusalén Este. Y ese Estado palestino es la mejor garantía de seguridad para el pueblo de Israel, también pensamos en él. Israel es un Estado amigo de España, un pueblo unido al español.
En ese esquema para la paz, ¿Hamás está fuera?
Hamás no puede ser un socio para la paz. Es una organización terrorista que ha causado la muerte de más de 1.200 israelíes; entre ellos dos españoles, Maya e Iván, que estarán siempre en nuestra memoria. Quien tiene como línea política la violencia no puede ser un socio para la paz. La Autoridad Nacional Palestina es un socio para la paz. Y también en Israel tenemos muchos socios para la paz.