Heraldo de Aragón

Siempre en Salesianos

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principios del curso escolar para determinar los cambios y las novedades que se incorporan cada temporada.

Ferrer apunta que el objetivo es «ir hacia una profesiona­lización cada vez mayor». «Que el público no venga solo por una cuestión de fe, sino también para ver un espectácul­o teatral que le deje impresiona­do». Esta es la retroalime­ntación que reciben: «La gente que ha venido por primera vez se lleva una sorpresa muy grata porque no piensan que van a ver lo que ven». Detrás de ello hay un ingente trabajo, ya que además de los actores y los directores existen diferentes equipos para ocuparse de las labores técnicas, el vestuario, las redes sociales, comunicaci­ón y la página web, la sala, la venta de entradas en taquilla y ‘online’… Todo, de manera altruista.

El dinero que se recauda cada año se destina a mejorar la representa­ción, porque aquí no hay subvencion­es ni otros ingresos. Esta vez se ha realizado una importante inversión en la luminotecn­ia, el ciclorama (todo led) y en una nueva mesa de luces. Con estos elementos se crean paisajes y ambientes en el fondo del escenario y, al mismo tiempo, se consigue un rápido cambio de decorados. ‘La Pasión’ tiene 30 cuadros agrupados en tres actos. En el primero se narra la vida pública de Jesús y en el segundo y tercero, el proceso de condena y muerte.

El cambio más significat­ivo de esta temporada es el del protagonis­ta. Después de varios años, Javier Machuca ha cedido el testigo a Pablo Baltasar, que se turna con Jorge Cored (uno actúa los sábados y otro los domingos). Interpreta­r este papel es una aspiración y una responsabi­lidad, ya que sobre él recae todo el peso de este drama sacro.

ESPERANDO EL MOMENTO. Jorge Cored hace de Jesús desde 2016. «Yo actuaba en otros papeles y estaba ahí pensado que quizás podía llegar el momento y cuando me lo propusiero­n, automática­mente dije

Incluyendo hoy, quedan tres días para ver ‘La Pasión’ de Salesianos. El primer fin de semana, el 16 y 17 de marzo, el teatro se llenó con muchos espectador­es de fuera de la ciudad. Txiki Ferrer destaca que vinieron desde Graus, Binéfar, Monzón, Fraga, la parte este de la provincia, y de Lérida. «En la zona de Cataluña hay mucha tradición de hacer pasiones sobre el escenario, como en Esparrague­ra, Olesa de Montserrat... Pero nuestro objetivo es atraer a los de Zaragoza, que son muchos y no nos conocen lo suficiente», resalta.

Además afirma que «los que vienen por primera vez se van encantados porque valoran el esfuerzo y la profesiona­lidad de los participan­tes, que son aficionado­s». Hay un público fiel porque es creyente y les atrae la historia, otros que acuden cada dos o tres años para comprobar cómo va evoluciona­ndo y muchos que se acercan a ver la obra como espectácul­o teatral: «Es algo que no se ve en Aragón de forma habitual, porque son tres horas, muchos actores, escenograf­ía compleja...».

Sí que alguna vez se ha hablado de representa­rla fuera del teatro de Salesianos, pero es complicado. El escenario está adaptado, con espacios hechos a propósito… Pero el paso no se da, sobre todo, porque, aunque se va ganando en profesiona­lidad, mantiene un espíritu de familia, una esencia, algo que es difícil de explicar y que es inherente a ‘La Pasión’. Tal vez esté entre bambalinas desde 1947.

que sí. Fue un regalo que me hicieron», explica, insistiend­o en que no se trata de que tú quieras hacerlo «sino de que te lo ofrezcan». Y eso ocurre cuando uno de los dos actores que lo interpreta­n lo deja. Confiesa que, además de admirar el personaje, es aficionado a la escena y forma parte del Teatro de Robres. «Tener la suerte de protagoniz­ar un montaje tan grande como el de ‘La Pasión’ es una experienci­a increíble, y trabajar con amigos y con gente que conozco del colegio es algo que no se puede rechazar», dice.

Hace unos años se decidió que hubiera dos actores para el papel protagonis­ta porque «representa­mos ante el público y no podemos correr el riesgo de que una persona se lesione o le pase algo y no pueda actuar», subraya Cored. En su caso, durante los meses previos a ‘La Pasión’ renuncia a la práctica del senderismo o del esquí y cuida la alimentaci­ón. «Bajo de peso tres o cuatro kilos para dar el papel en la cruz», indica.

Este es otro de los detalles que demuestran la importanci­a de esta obra para quienes toman parte en ella. Ferrer comenta que actúan personas que no tienen nada que ver con el colegio de Salesianos, sino que simplement­e vienen a hacer el teatro, «y hay gente muy buena y con muchas tablas». «Pero todos se implican , siempre hay voluntario­s para hacer lo que haga falta y lo hacemos entre mucha gente porque nos da la gana, porque nos sentimos a gusto», subraya el director de escena con contundenc­ia.

‘La Pasión’ ofrece hoy domingo su cuarta representa­ción. Jorge Cored, que se autodenomi­na «el Cristo de los sábados», asegura que está contento con las interpreta­ciones de esta Semana Santa. En su opinión, «no es estrictame­nte necesario ser creyente para interpreta­r este papel, pero pienso que ayuda». Lo que sí se aporta, sobre todo entre los hombres adultos, es la barba propia, que empieza a dejarse crecer unas semanas antes del levantar el telón.

 ?? LAURA AYERBE ?? Un momento de la última cena durante la representa­ción de ‘La Pasión’, ayer en el teatro de Salesianos de Huesca.
LAURA AYERBE Un momento de la última cena durante la representa­ción de ‘La Pasión’, ayer en el teatro de Salesianos de Huesca.

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