El presidente acusa a Feijóo de «embarrar» la legislatura
dos presidentes de autonomías que forman parte del régimen común, el asturiano Adrián Barbón y el castellanomanchego Emiliano García-Page, o el andaluz Juan Espadas sí fueron contundentes. El exalcalde sevillano incluso replicó a través de ‘X’ al jefe del Govern que «el nuevo modelo de financiación o será fruto de un acuerdo equilibrado entre todos con el Gobierno de España o no será», pero ni el propio Illa ni el Ejecutivo entraron a fondo en el asunto.
Mensaje socialista
«Si quiere la derecha, que les haga la campaña –argumentan en Moncloa, plenamente coordinados con el PSC–. Nosotros haremos la nuestra y hablaremos de la sequía, la educación, la reindustrialización...». El mensaje que se pretende hacer calar es el de que, gracias al coraje socialista, el ‘procés’ es cosa del pasado, que se ha pasado del conflicto permanente a la normalidad, aunque la legislatura lleve desde sus inicios condicionada por las exigencias y órdagos de Junts y los republicanos.
Por lo pronto, de aquí a después del 12 de mayo tampoco se celebrará ninguna de las reuniones de las múltiples mesas recogidas en los pactos de investidura. No solo, como se anunció el viernes, quedan en suspenso la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. Tampoco las que el PSOE abrió bajo la supervisión de verificadores internacionales, por un lado con Junts y por otro con ERC. Los socialistas no han informado hasta ahora de lo allí tratado, pero ya se han celebrado cuatro en Ginebra con Puigdemont y tres, en lugar ignoto, con los republicanos.
Los últimos sondeos publicados apuntan a que, aunque Illa volverá a ser el más votado y con mayor ventaja que en 2021 –cuando ganó en votos pero empató en escaños con ERC y el independentismo sumó mayoría absoluta– formar Gobierno no será sencillo. Algunos dirigentes de peso en el PSOE no descartan, sin embargo, que si el escenario ansiado se alcanza, Sánchez vuelva a lanzar la moneda al aire y convoque elecciones generales, algo que solo puede hacer a partir del 29 de mayo.
MADRID. Pedro Sánchez, acusó ayer a PP y Vox de «embarrar» la legislatura y «enfrentar» a las instituciones con el objetivo, afirmó, «de desmovilizar a la ciudadanía para que no crean en la política». Lo dijo durante la puesta de largo de la ministra de Ciencia, Diana Morant, como nueva líder del PSPV en el cierre del Congreso que el partido celebró durante todo el fin de semana en Benicássim (Castellón).
En un discurso en clave estatal, y tras augurar que Morant «será la primera presidenta de la Comunidad Valenciana en 2027», Sánchez pasó a la carga y reiteró que pretende finalizar la legislatura y que a PP y a Vox se les va a hacer «muy largo estar en la oposición», además de acusarles de cubrir su falta de proyecto con «ruido e insultos». «Los que son iguales son PP y Vox: son Feijóo y Abascal», reiteró en una intervención muy crítica con las fuerzas de la oposición, con las que ha mantenido choques duros en el Congreso y Senado en las últimas semanas a cuenta del llamado ‘caso Koldo’.
La intervención de Sánchez en el congreso de los socialistas valencianos se produce, además, cuando la relación entre Yolanda Díaz y el socio mayoritario de Gobierno está en el momento más delicado de la legislatura después de que el propio Sánchez renunciara a negociar los Presupuestos de 2024 tras constatar el adelanto electoral en Cataluña al 12 de mayo. Un día después de que la vicepresidenta segunda advirtiera a su socio en la asamblea de Sumar de que «no se puede gobernar solo», el presidente respondió a la vicepresidenta segunda describiendo al Ejecutivo de coalición como un «ejemplo» para el resto de fuerzas progresistas en un momento político que, definió, como de «ascenso de las derechas y de la ultraderecha».