La restauradora María Lasa asumió tres meses de trabajo, impulsado por el Club Consolación y respaldado por la colegiata y el Ayuntamiento bilbilitano
CALATAYUD. El Cristo de las Siete Palabras de Calatayud se prepara para una Semana Santa especial. Tras años de deterioro y desgaste, la imagen se ha visto sometida a un minucioso proceso de restauración con el que se han recuperado los colores de su policromía original. Se trata de un trabajo, valorado en más de 3.000 euros, que ha realizado durante tres meses la especialista bilbilitana María Lasa, con el impulso de la sección de los Hermanos de Cristo de la Asociación Club Consolación y el respaldo de la colegiata de Santa María la Mayor, donde descansa, y el Ayuntamiento.
«El objetivo ha sido devolver la lectura original de la policromía», incide Lasa, licenciada en Bellas Artes y afincada en Zaragoza. Para hacerlo, el primer paso fue llevar a cabo un examen previo de la propia escultura, que vino a confirmar lo que ya se conocía: los tonos primigenios habían desaparecido. «Es algo que se atribuye al humo, las velas y los barnices que se oxidan, además de repintes posteriores», puntualiza Lasa.
Ante una policromía extremadamente fina, ésta en algunos puntos incluso se había comenzado a desprender. Una vez asentadas esas zonas, pasó a una limpieza con mimo. «Es una fase muy delicada y hecha con mucho cuidado. Es necesario hacer unas pruebas de limpieza y test de solubilidad, para que sea inocua y no dañe la pieza», indica la especialista. Fruto de ese respeto escrupuloso por lo que en su día fue, la restauración ha recuperado detalles invisibles hasta hoy como algunas gotas de sangre.
En esa lista también se incluyen los fragmentos dorados en el paño de pureza, los tonos verdosos de la corona de espinas, los dientes del propio Cristo o incluso vellos del pecho. «No solo es una limpieza. Hay muchas horas de estudios previos para conocer bien la naturaleza y respetar cómo era