Las lluvias obligan a desembalsar ocho presas del Ebro ante el aviso de crecidas
Se suelta agua en Mansilla, Itoiz, Yesa, El Grado, Barasona, Mequinenza, Flix y Ribarroja Las riadas podrían llegar hoy a los tramos más bajos de los ríos Gállego y Aragón y entre mañana y el jueves, al Ebro
HUESCA. Las lluvias de esta Semana Santa llegan con los grandes embalses del Pirineo prácticamente llenos y una alerta por crecidas que se traslada de los tramos de cabecera a los más bajos, en ríos como el Gállego y el Aragón, para confluir en el Ebro a partir de mañana. Esta situación está obligando a realizar desembalses preventivos, al encontrarse la mayor parte de las grandes presas al 90% de su capacidad, aunque de momento no hay avisos a Protección Civil por posibles inundaciones.
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) lanzó ayer una alerta ante la previsión de lluvias de esta semana. Según el organismo de cuenca, entre la noche del domingo y a lo largo de ayer, se podían producir aumentos de caudal en muchos cursos fluviales del Ebro, destacando los tramos altos de los ríos de los Pirineos occidental y central y la cuenca alta del Arga. Se trasladarían a los tramos bajos a lo largo de hoy y, finalmente, al río Ebro entre las jornadas de mañana y el jueves.
Fuentes de la CHE precisaron que todavía se desconoce si esos incrementos de caudal podrán superar los niveles de riesgo medio o alto, «que son los que harían avisar a los servicios de Protección Civil». De momento, como el episodio se produce cuando las presas del Pirineo están prácticamente llenas, se realizan maniobras preventivas de desembalse. Estas sueltas de agua afectan a las de Mansilla, Itoiz, Yesa, El Grado, Barasona y al sistema Mequinenza-Ribarroja-Flix, con el objetivo de tener capacidad de almacenaje suficiente y retener cualquier avenida.
El embalse de Mediano, en el Cinca, llegó la semana pasada a alcanzar el 99,7% de su capacidad. Ya entonces se abrieron las compuertas y actualmente el volumen se sitúa en el 98%. Su gestión se realiza conjuntamente con la vecina presa de El Grado, lo que ofrece mayor margen de maniobra al organismo de cuenca a la hora de fijar un volumen de resguardo. De hecho, el desembalse se ha trasladado a El Grado.
El resto de presas donde se realizan maniobras preventivas también disponen de reservas muy altas: Mansilla está al 91%, Itoiz al 95%, Yesa al 88%, El Grado al 90% y Barasona al 96%. En el Bajo Ebro también se sitúan en niveles elevados Mequinenza (93%), Flix (85%) y Ribarroja (93%), que igualmente han tenido que soltar agua para liberar caudal.
Al 71% de la capacidad total Aunque la campaña de riego ya ha comenzado en los grandes sistemas, el consumo está siendo mínimo en esta etapa inicial y más con el episodio de lluvias.
Dada la incertidumbre asociada a los pronósticos tanto meteorológicos como hidrológicos, la CHE recomienda seguir de cerca la evolución de este primer evento, que no dejó grandes registros. En Candanchú cayeron 25 l/m2 y en Canfranc y Panticosa, 19.
El episodio de lluvias se produce cuando los embalses de la cuenca del Ebro están en niveles muy por encima del año pasado y en línea con el promedio del último lustro. La reserva era ayer de 5.560 hectómetros cúbicos, lo que representa un 71% de la capacidad total. No se supera por poco la media de cinco años (72%), pero sí, y con mucho, la de 2023 (60%), un periodo marcado por la sequía, como el 2022. La situación es muy distinta en la margen derecha, más afectada por la escasez de precipitaciones, donde el volumen de los embalses apenas alcanza la mitad de la capacidad (52%), muy lejos de la reserva de los doce meses anteriores (68%) y del promedio de los últimos cinco (68%).