El Instituto de Nanociencia y Materiales entra en la primera liga de la investigación científica
Logra la prestigiosa acreditación Severo Ochoa, siendo uno de los 10 centros españoles que se incorporan a este grupo Recibe 4,5 millones de euros y cinco contratos predoctorales
ZARAGOZA. Aragón acaba de entrar, de manera oficial, en la «primera liga» de la investigación científica. Y lo ha hecho gracias al Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), al «apoyo decidido» de todas las instituciones implicadas (se trata de un centro mixto entre la Universidad de Zaragoza y el CSIC) y varios años de trabajo. Todo ello ha permitido que este centro reciba la acreditación Severo Ochoa a la Excelencia Científica, que supone además una financiación de 4,5 millones de euros y la dotación de cinco contratos predoctorales para el periodo 2024-2028.
«Todos los aragoneses deberían estar muy contentos. Ahora jugamos en la primera división y hay una segunda en la que los institutos de investigación están peleando muy fuerte por entrar», subrayó ayer el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, quien incidió en que en un futuro habrá que replantarse si el tamaño actual del INMA es suficiente o hay que ir a más agregaciones.
Fue en noviembre de 2017, re
María Jesús Lázaro, delegada de CSIC, cuando se empezó a trabajar en este objetivo. En aquel momento se planteó la necesidad de unir dos centros preexistentes: el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA) y el Instituto Universitario de Investigación en Nanociencia de Aragón (INA). En 2018 se acordó en un Consejo Rector que la fusión sería posible y a los dos años se presentó el convenio. «Ha sido un largo camino, pero con un final feliz», destacó, al tiempo que subrayó que se trata de uno de los diez centros reconocidos este año y de los 30 que hay en la actualidad con esta acreditación, casi todos ubicados en Madrid y Cataluña.
«Este sello de excelencia va a ser la palanca para que sigan ampliando sus capacidades y posibilidades», subrayó el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán. Y recordó que fue durante su etapa en el Departamento de Innovación, Investigación y Universidad, con la ahora ministra Pilar Alegría al frente, cuando tuvo conocimiento, por primera vez, de estas aspiraciones. «Los apoyos que se han recibido han sido sin fisura desde todas las instituciones», aseguró.
«Un motor fundamental» También la actual consejera del ramo, Claudia Pérez Forniés, puso el acento en esta colaboración y en la «generosidad» de los dos institutos de investigación primigenios. «Este reconocimiento dura seis años y supone casi cinco millones, pero va más allá», destacó. Reiteró que la DGA tiene claro que la ciencia y la tecnología son «un motor fundamental».
El proyecto presentado ofrece un enfoque integrador que traslada la investigación en nanomateriales a los retos de la sociedad actual. Basado en las fortalezas del INMA aborda, según explicó su director, Conrado Rillo, las tecnologías de captura de CO2 y su revalorización, el uso de nanomateriales para el tratamiento del cáncer de páncreas y la prevención de enfermedades infecciosas multirresistentes y la utilización de efectos cuánticos en materiales y dispositivos para el desarrollo de sensores y para el procesado de información.
«Esta carrera de fondo no tiene un punto final, sino que continuará su curso», señaló Rillo, quien ha destacó los cinco contratos predoctorales, que se suman a los 10 ya conseguidos por haberse quedado «a las puertas» de la acreditación en años anteriores. «El gran valor de este reconocimiento es la contratación de todos los jóvenes que van a hacer la ciencia del futuro», aseveró. Además de atraer este talento, permite reforzar los resultados y el impacto de la investigación desarrollada.