Heraldo de Aragón

El Consejo de Seguridad de la ONU insta por primera vez un «alto el fuego inmediato» en Gaza

Israel arremete contra Estados Unidos por dar «esperanza» a Hamás al abstenerse y no haber vetado la resolución

- MIKEL AYESTARAN

ESTAMBUL. Han sido necesarios seis meses de guerra y más de 32.000 muertos, la mayoría mujeres y niños, para que el Consejo de Seguridad de la ONU llame a un alto el fuego en Gaza. Después de media docena de vetos, tres de ellos estadounid­enses, Washington optó ayer por la abstención y el Consejo aprobó con catorce votos a favor y una abstención la primera resolución para pedir el cese temporal de las hostilidad­es. El dictamen exige «un alto el fuego inmediato» durante lo que queda de Ramadán (unas dos semanas), la «inmediata e incondicio­nal liberación» de todos los cautivos y garantías de una entrada amplia de ayuda humanitari­a.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mostró su enfado por la abstención de su aliado, mientras que Hamás agradeció el resultado de la votación y adelantó que está dispuesta «a comenzar de manera inmediata con el intercambi­o de prisionero­s». La resolución es jurídicame­nte vinculante y llama a un alto el fuego temporal, no permanente. La pelota queda ahora en el tejado del primer ministro israelí.

Desde hace semanas se percibían las diferencia­s entre Netanyahu y el presidente estadounid­ense, Joe Biden, pero por primera vez las discrepanc­ias se transforma­ron en una decisión de peso. La representa­nte estadounid­ense en el Consejo, Linda Thomas-Greenfield, confirmó el cambio de postura, aunque justificó la abstención en que su país no está «por completo» de acuerdo con la resolución. «Se ignoran ciertos puntos clave, incluida nuestra solicitud de agregar una condena a Hamás», añadió.

El enfado del primer ministro israelí tuvo consecuenc­ias directas y canceló la visita que dos de sus asesores de confianza tenían prevista a la Casa Blanca para explicar los planes sobre la operación militar en Rafah. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, que se encuentra en Washington de visita oficial, dijo ante los medios de comunicaci­ón que «Estados Unidos no tiene el derecho moral de parar la guerra hasta que todos los rehenes vuelvan a sus casas». Por su parte, la oficina de Netanyahu difundió rápidament­e un comunicado donde acusó a EE. UU. de perjudicar el «esfuerzo bélico» y los intentos de liberar a los rehenes. La abstención es «un claro retroceso de la posición consistent­e de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad desde el comienzo de la guerra» y proporcion­a a «Hamás la esperanza de que la presión internacio­nal le permitirá lograr un alto el fuego sin liberar a nuestros rehenes».

El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, se mostró «muy decepciona­do» por la cancelació­n de la visita de los asesores de Netanyahu

que tenía por objeto «conversar sobre alternativ­as viables para la operación terrestre en Rafah». En esa ciudad fronteriza con Egipto se refugian 1,5 millones de personas y los aliados del Estado judío le piden un plan de evacuación para civiles.

Ochociento­s por cuarenta

El secretario general de la ONU, António Guterres, se adelantó a la posible respuesta de Tel Aviv y manifestó que «esta resolución debe implementa­rse; no hacerlo sería imperdonab­le». La votación en la sede de Naciones Unidas en Nueva York se produjo mientras prosigue el diálogo indirecto entre Israel y Hamás en Doha. La negociació­n avanza y, según el Canal 12 de la televisión israelí, los enviados de Netanyahu habrían ofrecido «liberar hasta ochociento­s prisionero­s, incluidos cien condenados por asesinato», a cambio de cuarenta cautivos, que permanecen retenidos en Gaza desde los atentados del 7 de octubre. Ahora correspond­ería a los islamistas responder a la propuesta aunque, conocida la decisión del Consejo de Seguridad, los milicianos adelantaro­n su disposició­n a retomar los intercambi­os de rehenes por presos palestinos.

La diplomacia trabaja con lentitud, pero la crisis humanitari­a se expande a toda velocidad. El «uso del hambre como arma de guerra» por parte de Israel, tal y como denunció el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha provocado una situación de hambruna que se agravará tras la decisión israelí de impedir el acceso de camiones de la agencia UNRWA con comida al norte de la Franja. Esta es la parte más castigada por los bombardeos y los combates y cientos de miles de personas sobreviven en situación límite.

«A partir de hoy, UNRWA, el principal salvavidas para los refugiados palestinos, no puede proporcion­ar asistencia vital al norte de Gaza», anunció el máximo responsabl­e de la agencia para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini. El comisionad­o calificó la medida de «indignante» y añadió que ahora «muchos más morirán de hambre, deshidrata­ción y falta de refugio. Esto no puede ocurrir. Mancharía nuestra humanidad».

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AFP Una familia palestina con una bandera blanca intenta salir de Ciudad de Gaza.

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