Heraldo de Aragón

La final tuvo 7.000 espectador­es menos que la edición de Zaragoza

- C. PAÑO J. C.

Diallo resultó incontenib­le para sus oponentes, con 16 puntos y 5 rebotes en los 20 minutos que permaneció sobre la pista; Mariona Ortiz volvió a sumar en todas las facetas del juego (11 tantos, 7 capturas y 3 asistencia­s); Aleksa Gulbe fue un azote permanente en el juego interior (13 puntos y 4 rebotes); y Leo Fiebich sumó 15 tantos, con un sensaciona­l acierto (3 de 5) en los lanzamient­os triples.

En la primera semifinal –que comenzó a las 12.00–, el Valencia había derrotado al Estudiante­s (77-50) con facilidad. El partido del Casademont finalizó cerca de las 17.00. Y con menos de 20 horas de descanso, el equipo de Carlos Cantero luchó por el título contra las levantinas, en un duelo programado para el domingo a las 12.30. No llegó a competir.

Un título para la historia

En la anterior edición de la Copa, el Casademont había conquistad­o el título, contra todo pronóstico, tras haber superado al Valencia Basket y al Perfumería­s Avenida, los dos obstáculos más elevados del baloncesto nacional. Y lo hizo en un escenario supremo: en el pabellón Príncipe Felipe y ante la presencia de 10.800 espectador­es, lo que supuso el récord de asistencia en la historia de la competició­n. Entonces, al abrigo de su entusiasta afición, el equipo zaragozano remó siempre con tenacidad, sin tregua, con una fortaleza mental admirable, para poder culminar con éxito –y con justicia– su laborioso recorrido hacia la gloria.

Para consumar aquella gesta, el equipo de Carlos Cantero tumbó primero al Araski (71-50), en la eliminator­ia de los cuartos de final, en un duelo marcado por el sobresalie­nte desempeño defensivo de las aragonesas –dejaron a su rival en el medio centenar de puntos anotados–. Además, el cuadro aragonés se agarró en ataque al dominio de Keisha Gatling bajo los aros (19 tantos y 9 rebotes), y a la amenaza de Leo Fiebich en la línea exterior (17 puntos, después de haber convertido 5 de sus 6 lanzamient­os triples).

Posteriorm­ente, el Casademont derribó todos los pronóstico­s en las semifinale­s: superó al Valencia Basket (59-74), tras sobreponer­se a una desventaja de 14 puntos. El cuadro zaragozano nunca dejó de creer, y acabó encontrand­o su justa recompensa: arrolló a su oponente, con un parcial de 18-0 en la recta final, para plantarse por primera vez en su historia en la final del torneo. Vega Gimeno, con 6 triples anotados –4 de ellos en los instantes decisivos–, lideró la remontada. En la faceta ofensiva, el Casademont también dispuso de otras amenazas: Fiebich aportó 16 tantos, 8 rebotes y 4 asistencia­s, y Tate sumó 11 puntos.

Y en la final, el equipo zaragozano también compitió con seguridad y convicción, pese a medirse con el gran dominador del torneo. El Perfumería­s Avenida se presentaba a la cita como indiscutib­le favorito por historia, presupuest­o, plantilla e idiosincra­sia. El Casademont, sin embargo, sorteó cada una de las adversidad­es. Ni siquiera la expulsión de su capitana, Vega Gimeno, le hizo desaparece­r de la escena; al contrario, el Casademont supo reaccionar y facturó un triunfo para la historia.

El equipo aragonés se había estrenado en la Copa en 2022, aunque entonces no lo hizo como cabeza de serie: cedió en la eliminator­ia de cuartos, frente al Valencia Basket (65-55), penalizado por su falta de puntería en los primeros compases de la reanudació­n (7 puntos anotados en todo el tercer acto). Desde entonces, el Casademont ha sumado un título y un subcampeon­ato. Más motivos de orgullo para un equipo ejemplar.

ZARAGOZA. Por diversos motivos, esta edición de la Copa de la Reina no caló tanto entre los aficionado­s como la celebrada el pasado año en Zaragoza. La prueba más evidente es que la final, disputada este domingo al mediodía entre el Valencia Basket y el Casademont, con victoria clara y merecida para las levantinas, no consiguió llenar el Palacio de los Deportes Carolina Marín de Huelva, con capacidad para 5.150 espectador­es.

Concretame­nte, ese enfrentami­ento decisivo por la corona del torneo fue presenciad­a por 3.800 aficionado­s, cifra muy inferior a la que en marzo de 2023 se registró en el pabellón Príncipe Felipe de la capital aragonesa, cuando 10.800 personas disfrutaro­n de la gesta obrada por un Casademont femenino que conquistó el primer trofeo de su corta vida.

La organizaci­ón de aquel torneo hizo coincidir a los aficionado­s: se destacó el buen hacer de las institucio­nes para sacar adelante una Copa de la Reina memorable en todos sus ámbitos. Sin embargo, lo acontecido en Huelva ha suscitado numeChrist­ille rosas críticas, que tienen que ver, fundamenta­lmente, con la lejanía de la sede y los horarios escogidos para las eliminator­ias.

En ese sentido, cabe resaltar las diferencia­s que hubo en horas de descanso entre los participan­tes, o que la referida final coincidier­a con el partido de fútbol Recreativo de HuelvaMéri­da, lo que a buen seguro disminuyó la presencia de seguidores locales –onubenses– en un evento relevante para la ciudad andaluza como la Copa de la Reina.

Además, debido a la localizaci­ón geográfica de la ciudad andaluza, hubo muchos menos seguidores desplazado­s. Huelva no es, ni mucho menos, un punto céntrico como Zaragoza. Al contrario, queda muy lejos de las ciudades en que se asientan la mayor parte de los participan­tes de esta edición copera (Valencia, Salamanca, Gerona, Ferrol, San Sebastián, Guernica .... ).

De ahí que las jugadoras del Casademont quisieran agradecer encarecida­mente el esfuerzo realizado por los alrededor de 300 rojillos que viajaron hasta allí, recorriend­o casi 1.000 kilómetros. «Estoy decepciona­da y dolida, me sabe mal por la gente que ha venido y se ha desplazado a Huelva. Me hubiera gustado ofrecer otro tipo de final, me sabe mal no haberles dado eso», señaló Vega Gimeno tras caer en la final.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain