Urbanismo estudia alternativas para el aforo de La Romareda en obras
ZARAGOZA. El concejal de Urbanismo e Infraestructuras, Víctor Serrano, defendió ayer la «solidez» del plan A de La Romareda. Es decir, la división en cuatro grandes fases del proyecto del nuevo estadio para compaginar los trabajos con la competición deportiva. El edil recordó que otras ciudades han usado esta misma fórmula, pero reconoció que se están analizando otros escenarios, ya que solo con las primeras demoliciones –centradas en el gol sur, la antigua gerencia de Urbanismo y el Cubo– se perderán de 7.000 a 9.000 localidades.
«Estudiarlos es nuestra obligación. La Liga está especialmente centrada en ver qué otras posibilidades podríamos tener», dijo Serrano, que quiso ser «extremadamente prudente» y admitió la «preocupación» del Real Zaragoza. «Para que todo sea transparente se requiere discreción hasta no tener certezas, y las certezas llegan con el trabajo. Cuando haya o no un plan que contar, la alcaldesa lo hará con detalle», agregó.
A su juicio, los aficionados no deben perder de vista que la prioridad es el plan A, con el que se busca garantizar «el máximo aforo y la máxima comodidad» de los seguidores durante los más de cuatro años que durarán las obras. «Eso sí es ya una realidad y forma parte del proyecto de demolición del estadio, que está ya en licitación. Debemos fijarnos en esa realidad y en las certezas», remarcó.
Serrano asumió en 2023 que el club tendría que jugar «algún partido fuera», aunque está por ver si lo haría en otro estadio de la Comunidad, en uno fuera de Aragón o se apostaría por soluciones provisionales. Cualquier alternativa no sería inmediata, ya que el objetivo «es que el 7 de julio, después del concierto de Bunbury», ya se esté trabajando en el interior del estadio. «No va a dar tiempo con carácter previo a tener una solución definitiva. Para el 7 de julio falta lo que falta, que no es mucho», señaló.
Los meses críticos se darían con la demolición de la grada este, la más próxima al hospital Miguel Servet, y la construcción del nuevo gol sur, allá por el verano de 2025. Para Serrano, se ha hecho ya «lo difícil»: «Todo se va a hacer con la buena voluntad de que el equipo y los aficionados estén de la mejor manera y que los aforos sean también los máximos».