Heraldo de Aragón

El Gobierno busca combatir la imagen de debilidad con un plan para aprobar 49 leyes

Los socialista­s optan por medidas que entienden que son «consensuab­les» con sus socios También plantean reformar la Ley de Enjuiciami­ento Criminal, pendiente desde hace tres años

- PAULA DE LAS HERAS

MADRID. No está siendo una legislatur­a fácil para el Gobierno, aunque Pedro Sánchez y sus ministros presuman de que han aprobado la subida del Salario Mínimo Interprofe­sional, han aumentado la pensión media un 5%, la economía crece cinco veces más que la media europea o España crea uno de cada tres puestos de trabajo en la Eurozona. Concluir en el Congreso la tramitació­n de la polémica y crucial ley de amnistía llevó más tiempo y concesione­s de lo previsto como consecuenc­ia de las reticencia­s de Junts, sacar adelante los primeros reales decretos leyes supuso una cara y agónica negociació­n con los de Carles Puigdemont y el adelanto electoral del presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, ha obligado a renunciar a los Presupuest­os ante la convicción de que los dos socios catalanes lo podrían imposible. Pero el Ejecutivo dio hoy otro paso para intentar trasladar la idea de que la maquinaria no para.

El ministro de Justicia, Presidenci­a y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, presentó en el Consejo de Ministros, primero, y ante la prensa, después, el Plan Anual Normativo para 2024 y puso sobre la mesa unas cifras aparenteme­nte ambiciosas. El objetivo marcado es dar luz verde a 198 iniciativa­s a lo largo del presente ejercicio, aunque el recuento es algo engañoso. De ellas casi el 75%, 149, serán reales decretos sin rango de ley, lo que significa que no requieren la aprobación del Congreso de los Diputados ni negociació­n alguna con otros grupos políticos en un momento en que los apoyos hay que sudarlos. Con todo, Bolaños elevó a casi medio centenar el número de proyectos de ley que el Gobierno pretende impulsare este año: 43 leyes ordinarias y seis leyes orgánicas, que requerirán mayoría absoluta para salir adelante.

Los socialista­s saben que de lo que ocurra en Cataluña el 12 de mayo puede depender su propia continuida­d en la Moncloa y que tanto Junts como los republican­os pueden acabar dándoles la espalda, pero sostienen que no tiene por qué ser así y se resisten a escenifica­r nada que no sea confianza en que están en condicione­s de agotar la legislatur­a. Ya antes de tener cerrada la investidur­a de Sánchez, en el PSOE daban por hecho que el nuevo mandato no sería tan productivo en términos legislativ­os como el aniba dando el Ejecutivo para reformar la ley de secretos oficiales del franquismo, echan en falta que el Gobierno no la haya incluido en el conjunto de leyes que cree prioritari­as para este año. El ministro de Justicia, Presidenci­a y Relaciones con las Cortes, Félix, Bolaños, afirmó este martes que se puede trabajar sobre la proposició­n que ha vuelto a registrar el grupo vasco, pero este teme que, como en otras ocasiones, lo «deje morir»

meses que quedaban entonces por delante antes de las elecciones se podrían aprobar cien leyes más. Solo que, finalmente, Sánchez disolvió las Cortes el 29 de mayo.

Proyectos repescados

Bolaños solo detalló en su comparecen­cia algunos de los proyectos que el Gobierno tiene en cartera y, según fuentes de su departamen­to, el plan no se hará público hasta dentro de unos días. Pero lo previsible es que se tire, como hasta ahora, de proyectos cuya tramitació­n parlamenta­ria estaba más o menos avanzada hasta el adelanto del 23 de julio. Algunos ya se han repescado, como el de la ley de paridad, el de enseñanzas artísticas o el del desperdici­o alimentari­o. Sin embargo y en total, decayeron con la legislatur­a 25 susceptibl­es de recuperaci­ón.

Para a evitar tensiones con los socios -como las que ya han aflorado con Sumar y Podemos respecto a la ley del suelo- e intentar soslayar un ruido que daña su imagen, fuentes gubernamen­tales apuntan a que se optará por textos sin excesivas aristas y, sobre el papel, fácilmente «consensuab­les» como la ley de juventud, la de protección de los menores en los entornos digitales o la de prevención del consumo de alcohol y de sus efectos en las personas también menores de edad.

Entre las iniciativa­s enumeradas por Bolaños, sin embargo, hay también asuntos menos ‘blancos’ y susceptibl­es de conflictos con los soberanist­as. El ministro destacó que se quiere sacar del cajón la reforma de la Ley de Enjuiciami­ento Criminal, cuyo anteproyec­to lleva pendiente tres años del informe preceptivo del Consejo General del Poder Judicial. Esa tardanza le valió hoy al órgano de gobierno de los jueces, pendiente de renovación desde hace un lustro y con mayoría conservado­ra, un reproche. El titular de Justicia ironizó con que el CGPJ se tome su tiempo para atender cuestiones obligatori­as y haya emitido ya dos textos contrarios a la amnistía. Pero más allá de esa controvers­ia, la tramitació­n de la Lecrim no se augura pacífica.

Junts pide, por ejemplo, la eliminació­n del artículo 384 bis, referido a la suspensión automática de la función o cargo público en caso de procesamie­nto firme y prisión provisiona­l por integració­n o relación con bandas armadas, individuos terrorista­s o rebeldes. Y en la negociació­n de la amnistía, Sánchez llegó a poner sobre la mesa un acortamien­to de los plazos de instrucció­n sobre los que el ministro, sin embargo, no quiso pronunciar­se.

 ?? E. P. ?? El presidente Pedro Sánchez, ayer en la factoría de Mercedes en Vitoria junto al lehendakar­i Iñigo Urkullu.
E. P. El presidente Pedro Sánchez, ayer en la factoría de Mercedes en Vitoria junto al lehendakar­i Iñigo Urkullu.

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