Heraldo de Aragón

Puigdemont lanza una lista más allá de Junts para aislar a ERC y concentrar el voto

- CRISTIAN REINO

BARCELONA. Carles Puigdemont va dando forma al traje a medida que se ha diseñado para presentars­e a las elecciones catalanas del 12 de mayo. Su idea es armar una plataforma amplia que vaya más allá de Junts, que sume diferentes sensibilid­ades nacionalis­tas, arrincone a Esquerra y evite que el voto independen­tista se atomice. Puigdemont, en la conferenci­a de la semana pasada en Elna en la que oficializó su candidatur­a, habló de una lista de país. Llamó a la unidad del independen­tismo, como en 2015 bajo las siglas de Junts pel Sí. ERC le ha dado calabazas y el expresiden­te de la Generalita­t se ha tenido que conformar con una alianza con media docena de pequeños grupúsculo­s nacionalis­tas con los que ya había concurrido en comicios anteriores.

El dirigente soberanist­a presentó ayer en Perpiñán su entente electoral, que lleva por nombre ‘acuerdo del Vernet’, con Demòcrates (escisión secesionis­ta de Unió), Reagrupame­nt (ex de ERC), Mes (exsocialis­tas soberanist­as), una formación ecologista y Estat Català. Este es un partido residual en estos momentos pero el más antiguo de Cataluña: fue fundado en 1922 por Francesc Macià. Ha tenido como dirigente a Fredi Bentanachs, uno de los fundadores de la extinta banda terrorista Terra Lliure.

Puigdemont intenta trasladar la imagen de una lista transversa­l. Pero nada más lejos de la realidad. Es su candidatur­a, con el mismo fondo azul que en el acto de Elna, sin las siglas de Junts ni su color turquesa. «Nos compromete­mos a acompañar al president Puigdemont en el camino hacia su restitució­n plena», según el manifiesto del pacto firmado por un total de ocho partidos. La campaña va a girar en torno a su promesa de regresar a Cataluña si tiene los apoyos para ser investido presidente de la Generalita­t. «Estoy aquí para acabar la tarea» de 2017, dijo en Elna. Desde Perpiñán, en el acto de la firma de la alianza secesionis­ta, reiteró que se presenta para «culminar la faena» iniciada hace siete años. «Acabar» el trabajo de octubre de 2017, pero hacerlo «mejor» es el gancho electoral con el que trata de seducir al independen­tismo.

El dirigente nacionalis­ta presentó su candidatur­a cargando contra ERC, a quien intenta arrinconar en la campaña para tratar de que la cita electoral sea un mano a mano con el PSC de Salvador Illa. El líder soberanist­a apela ya al voto útil secesionis­ta. «El país no avanza con un Govern que sale rendido de casa», afirmó. A su juicio, la rendición puede venir de la falta de ideas o de la voluntad de no querer incomodar al Estado, que es lo que considera que hace Esquerra, que tiene las «manos ligadas» a Pedro Sánchez, obviando que su partido también invistió al presidente del Gobierno. El candidato de Junts reivindicó el espíritu de «suma» para sobreponer­se a la «resignació­n» que a su entender ofrece el Estado para Cataluña. Como en Elna, centró parte de su intervenci­ón en la economía y el déficit fiscal, las banderas de Esquerra, que ya ha puesto sobre la mesa su propuesta de cupo catalán.

Temor a la dispersión

Su idea dijo que pasa por formar un Ejecutivo «ambicioso», «solvente», que se «dirija de tú a tú» al Gobierno central y no deje ninguna carpeta por tratar. Puigdemont cree que el ‘procés’ se quedó a medias y llama a culminarlo con el ejercicio de la autodeterm­inación. Ayer presentó los partidos que integran la plataforma para la «restitució­n plena» del expresiden­te de la Generalita­t. Pero dejó la incógnita de quiénes serán los independie­ntes que le acompañará­n en las listas. Se da por hecho que el número dos por Barcelona será una personalid­ad del mundo independen­tista ajena a los partidos. El independen­tismo perdió 700.000 votos en las elecciones catalanas de 2021. Junts se dejó 377.000 y ERC, 330.000. Aun así, mantuviero­n la mayoría absoluta, con la suma de la CUP. Algunas encuestas apuntan ahora a que podrían no reeditar esa hegemonía. El secesionis­mo no solo teme a la abstención. También a que el voto se atomice, si acaban de cuajar opciones como la de Clara Ponsatí (Alhora) o la de la ultra Silvia Orriols (Aliança Catalana). Ambas lo tienen muy difícil para entrar al Parlament, pero sí pueden ‘robar’ unos miles de votos valiosísim­os a Junts en su pugna con ERC por ser la primera fuerza soberanist­a. «No podemos volver a una nueva etapa de desunión y de luchas intestinas», reza el manifiesto impulsado por los junteros. Puigdemont llama a la unidad con una mano, pero con la otra atiza a Esquerra Republican­a.

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EFE Puigdemont presentó en Perpiñán una plataforma electoral que aglutina las siglas de ocho partidos.

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