Isabel Rocatín, de ‘infantica’ a cantadora en El Encuentro de Alcañiz
Justo antes de cantar en El Encuentro, Isabel y Jorge confesaron sentir «muchos nervios y una gran responsabilidad». Una mezcla de sensaciones invadió además a la artista cuando interpretó su jota. «Esto es muy personal y cada uno lleva la devoción y la creencia como puede», subrayó antes de comenzar la procesión.
«Un momento muy especial» La cantadora añadió que es creyente, que tiene fe y que siente El Encuentro como «un momento muy especial» para poder unir sus dos pasiones: la jota y los tambores. Recordó también que participa en la procesión del Martes Santo desde que era una niña, por lo que no ha perdido la ilusión de acompañar a los pasos religiosos cada año.
Un procesión con historia
El acto de El Encuentro hunde sus raíces en la tradición de la orden de los franciscanos. Antiguamente se conocía como la procesión del ‘Bis-bis’ y tenía lugar el Lunes Santo. Su nombre aludía al murmullo de los niños, conocidos como ‘infanticos’, cuando, después de cada letanía, decían «ora pro nobis». Era costumbre que estos niños, haciendo rima, añadieran la frase «a casa de Molins a comer anís», irritando a los sacerdotes y, al parecer, provocando que esta procesión desapareciese a mediados de la década de 1960.
Los infanticos pasaron a formar parte de la procesión del Jueves Santo e Isabel Rocatín fue una de esas niñas que protagonizaban por aquel entonces el desfile, llegando a ser, incluso, el tambor solista en El Encuentro.
La Junta Suprema de la Semana Santa de Alcañiz decidió hace unos años que había que introducir la jota en una de las procesiones, como se hace en otros lugares, y en 2017 el cantador aragonés Javier Latorre fue el primero en hacerlo, acompañado de un tambor.
Este año, Isabel la cantó embarazada de su segundo hijo. Fue su primera jota que interpreta en ese estado y para ella fue muy especial, tanto por la vinculación de la procesión a los niños como por la suya propia, ya que además de madre es maestra y le encanta trabajar con los más pequeños. Rocatín se muestra muy agradecida tanto a la Junta Suprema como a la Cofradía del Santo Entierro, y especialmente a la banda, que adapta los tambores para que armonicen a la perfección con su cantar.