Heraldo de Aragón

Condenado un guardia civil por proteger a unos narcotrafi­cantes en Caspe

- M. GARÚ

ZARAGOZA. Un guardia civil, ahora inhabilita­do, ha sido condenado a cuatro años y medio de cárcel por encubrir a un grupo de traficante­s de Caspe y falsear un documento oficial para que uno de sus amigos pudiera eludir el pago de 10 kilos de marihuana adquiridos a otros narcos. El exagente y cuatro acusados más deberían haber sido juzgados ayer en la Audiencia Provincial. Sin embargo, dos de ellos no se presentaro­n y están en busca y captura. Los otros tres, incluido el exfunciona­rio, llegaron a un acuerdo con la Fiscalía en el que reconocier­on los hechos.

El guardia civil José Luis Ferrándiz admitió que durante la primera mitad de 2019 dio cobertura al grupo de traficante­s liderado por Yefris Iván Devora Brito, Jaime Pampín Veguin, Mohammed Enngadi El Hamdouni y su padre Miloud Enngadi (los dos últimos en busca y captura). Devora, de 42 años, se dedicaba a cultivar marihuana o a encargar que la cultivaran para él y organizaba al resto del grupo. Mohamed Enngadi era su persona de confianza y quien hacía labores de seguridad y distribuci­ón de la droga a terceros, mientras que su padre la vendía al menudeo y cobraba deudas y Pampín hacía labores de porteador.

También movían cocaína y éxtasis, aunque cuando fueron detenidos solo se les encontró marihuana. En total, 12,6 kilos con un valor mínimo en el mercado de 63.178 euros.

Por su parte, Ferrándiz, de 48 años, era conocedor de la actividad del resto –incluso compró para consumir–, y nunca la denunció o la comunicó a la autoridad competente para ser investigad­a. Al contrario, informaba al grupo de posibles operacione­s antidroga o controles de la Guardia Civil para detectar el tráfico.

Se quedó con la droga

Es más, en una ocasión elaboró un documento oficial en el que hacía constar que, el 15 de octubre de 2018, en Caspe, había intervenid­o 10 kilos de marihuana dentro del vehículo que conducía Mohammed Enngadi. Para ello utilizó los ordenadore­s y el sello oficial que tenía a su disposició­n como agente del Seprona. El servicio era falso, pero entregó el documento a Devora para que pudiera justificar a sus proveedore­s que la Guardia Civil le había quitado la droga y no podía pagársela. Lo único real en esa jugada fue la existencia de esos 10 kilos, que el traficante se quedó y los vendió aprovechán­dose de todo el beneficio.

El exagente, tras un acuerdo con su abogado, Marco Navarro, será condenado a un año y medio por un delito de encubrimie­nto y a tres por falsedad, además del pago de seis meses de multa y la inhabilita­ción para empleo público por cuatro años.

Mientras, Devora, representa­do por los letrados Carmen Sánchez y Luis Marcén, y Pampín, por Antonio Fraguas, serán condenados a tres años y un día y una multa de 140.000 euros por tráfico de drogas y a seis meses de cárcel por pertenenci­a a grupo criminal. A los tres encausados se les ha aplicado la atenuante de toxicomaní­a.

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