Los niños y sus responsables

Cada vez es más frecuente encontrar familias completas haciendo la compra semanal, pero lo que para algunos es entretenido para otros resulta un tormento. Me refiero a los hijos que, lejos de ayudar a comprar, pasan el rato corriendo por el supermercado, o por los restaurantes donde se han reunido para comer. Los padres o tutores son los responsables de esas personitas y no deben descuidar dicha responsabilidad. No quiero decir que debamos tener a los niños inmóviles en sus sillas. Necesitan movimiento y nuevas sensaciones. Por desgracia, con demasiada frecuencia los adultos se desentienden, dejando que los menores corran, griten, molesten e incordien a otras personas que no tienen por qué aguantar groserías y a veces empujones. He llamado la atención a sus progenitores y un gran porcentaje, en vez de disculparse, me recriminan que no tenga tacto con los niños. He visto cómo manipulan alimentos que luego sus padres no compran, o, una vez que les has recriminado su conducta y parece que se llevan el producto estropeado porque han metido el dedito donde no se debe, compruebas que han escondido el artículo afectado, que no será ya apto para la venta. Entiendo por qué cada vez hay más hoteles, restaurantes y otros lugares de ocio y descanso sólo para adultos. Cuando salimos a relajarnos, o simplemente a hacer la compra, buscamos hacerlo con calma, pensando qué es lo mejor, y nadie tiene por qué soportar la mala conducta de nadie. Los niños son niños, pero para eso están sus responsables, que deben enseñarles educación y civismo hacia sus semejantes.

Josefina Palos Bernad

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