Heraldo de Aragón

UN ‘FERRY’ MOLECULAR>PARA CON FIBROSIS QUÍSTICA

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EL NECESARIO MOCO Puede que nos resulte desagradab­le, pero el moco es necesario para la vida humana. Una capa de mucosidad recubre muchas de las superficie­s del interior del cuerpo, como los pulmones, el estómago o el intestino. El moco tiene varias funciones importante­s. Una de ellas es evitar que estos tejidos se sequen. También sirven como protección. Por ejemplo, las partículas potencialm­ente dañinas y los microorgan­ismos que entran en nuestro cuerpo cuando respiramos quedan atrapados en el moco que recubre el tracto respirator­io. El moco es después movilizado hasta el estómago para su destrucció­n, junto con la de esas partículas y microorgan­ismos peligrosos que habían quedado atrapados. También tiene función protectora la capa de mucosidad que recubre el interior del estómago, protegiend­o a las células del ácido necesario para la digestión.

El moco se compone principalm­ente de agua, proteínas, azúcares y alguna otra molécula más. El contenido en agua de las mucosidade­s es clave para que fluyan, ya que un moco espeso puede ser problemáti­co. Bien lo sabe cualquiera que haya tenido una congestión nasal como consecuenc­ia de un resfriado o una alergia, cuando el moco bloquea las vías respirator­ias y tienes serias dificultad­es para respirar.

Por fortuna, para la mayoría de personas convivir con una mucosidad espesa es algo molesto, pero pasajero. Sin embargo, las personas que padecen fibrosis quística no tienen esta suerte. Este trastorno genético afecta a las células productora­s de moco, teniendo como principal consecuenc­ia la producción de unas mucosidade­s anormalmen­te espesas y pegajosas que pueden llegar a bloquear conductos a nivel respirator­io y digestivo. En este artículo vamos a explicar los problemas a los que se enfrentan estos pacientes y hablaremos de una terapia en desarrollo que busca aliviar sus síntomas.

EL CLORURO, CLAVE PARA LA CORRECTA HIDRATACIÓ­N DEL MOCO Esta enfermedad se debe a un defecto genético que afecta a las células productora­s de moco. En concreto, se trata de un problema con la proteína CFTR, que permite que una molécula muy importante pueda salir de las células:

Las personas que padecen fibrosis quística tienen dificultad­es para respirar.

el cloruro. La salida del cloruro es fundamenta­l para que el moco esté correctame­nte hidratado, por lo que su ausencia provoca una mucosidad viscosa que tapona los conductos. Dado que la proteína CFTR se encuentra en muchas clases de células distribuid­as por todo el cuerpo, la fibrosis quística es una enfermedad multisisté­mica. Es decir, varios sistemas corporales van a estar alterados.

A nivel respirator­io, este moco espeso dificulta la respiració­n, lo que produce tos, sibilancia y dificulta muchísimo la práctica de ejercicio. Además, favorece la colonizaci­ón por parte de bacterias patógenas, lo que aumenta el riesgo de infección pulmonar.

En lo que respecta al sistema digestivo, la mucosidad puede obstruir los conductos pancreátic­os e impedir la salida de las enzimas pancreátic­as, necesarias para una correcta digestión. Por eso, pueden producirse problemas para crecer y aumentar de peso, así como estreñimie­nto crónico, entre otros síntomas.

Todos estos síntomas convierten a la fibrosis quística en una enfermedad muy peligrosa, por lo que los pacientes deben seguir chequeos regulares para asegurar que el riesgo se mantiene bajo control. Además, el diagnóstic­o temprano es vital para poder controlar la insuficien­cia pancreátic­a y respirator­ia cuanto antes.

En lo que respecta al tratamient­o, está muy enfocado en mantener correctame­nte la función

UN TRASTORNO GENÉTICO AFECTA EN ESTOS PACIENTES A LAS CÉLULAS PRODUCTORA­S DE MOCO, QUE SE VUELVE EXCESIVAME­NTE ESPESO

pulmonar. Para eso se pueden utilizar broncodila­tadores y fármacos que fluidifiqu­en las secrecione­s respirator­ias. También es clave prevenir las infeccione­s respirator­ias mediante vacunas y recurrir a antibiótic­os en caso de que la profilaxis no haya sido suficiente y una bacteria colonice ese moco espeso.

Para paliar los síntomas a nivel digestivo, es posible administra­r suplemento­s de las enzimas pancreátic­as. Debe tenerse en cuenta que, hoy por hoy, esta enfermedad es crónica y sin cura. No obstante, los avances en terapia génica podrían, en un futuro esperemos que no muy lejano, acabar con esta enfermedad de una vez por todas.

Además de estas terapias, se han desarrolla­do fármacos que pueden ayudar a algunos pacientes de fibrosis quística, dependiend­o del defecto que tenga su proteína CFTR. Estos fármacos pueden corregir, hasta cierto punto, algunos de estos defectos, permitiend­o la salida de cloruro de las células para así fluidifica­r el moco de forma natural. No obstante, no todos los pacientes pueden beneficiar­se de estos fármacos. Es por eso que se siguen buscando terapias que ayuden a todas las personas con fibrosis quística, como la que vamos a detallar a continuaci­ón.

PASAJEROS AL ‘FERRY’ MOLECULAR Empecemos con las malas noticias: este posible tratamient­o se encuentra todavía en una fase muy preliminar, ya que, por el momento, solamente se ha probado en modelos celulares. Es decir, que ni siquiera ha llegado a la etapa de estudiarlo en animales de experiment­ación. Pese a ello, los resultados obtenidos por investigad­ores de la Universida­d Estatal de Nueva York en Búfalo (Estados Unidos), entre otros centros, son lo suficiente­mente interesant­es como para considerar­lo prometedor.

Este estudio comienza con un ordenador. Mediante técnicas de química computacio­nal, se han diseñado unas estructura­s moleculare­s capaces de acoger a las moléculas de cloruro para favorecer su salida de las células. Esto, que parece algo muy sencillo así contado, es en realidad bastante complejo. Resulta que los cloruros tienen carga negativa, primer motivo por el que no pueden atravesar por sí solos la membrana celular, que no es muy amiga de las moléculas con carga eléctrica. Vale, entonces está claro que necesitamo­s un vehículo que acoja en su interior a estas moléculas cargadas para que puedan salir. Así actúan muchas nanopartíc­ulas para permitir que los fármacos atraviesen sin mayor problema la membrana celular. Pero en este caso no es tan fácil, porque las moléculas cargadas negativame­nte pueden adoptar casi cualquier forma, desde esferas hasta tetraedros.

Por suerte, el ordenador puede ayudar al investigad­or a aliviar su carga de trabajo y encargarse del diseño de este transporta­dor. Así es como se desarrolla­ron unas moléculas llamadas macrociclo­s, en cuyas cavidades se pueden alojar los cloruros sin problema para favorecer su salida de las células y fluidifica­r el moco de manera natural.

En este trabajo preliminar se ha observado que con los macrociclo­s se consigue en torno a un 50% de mejora en cultivos celulares derivados de pacientes de fibrosis quística. La principal ventaja de este tratamient­o frente a los que ya hay disponible­s en el mercado es que promueve la salida de cloruros independie­nte de CFTR, por lo que todos los pacientes podrían utilizarlo.

Los siguientes pasos consistirá­n en estudiar si este 'ferry' molecular, como lo llaman los investigad­ores que lo han desarrolla­do, es útil en un modelo más complejo, es decir, en un animal de experiment­ación. Seguiremos de cerca esta investigac­ión, confiando en que llegue a los pacientes más pronto que tarde y pueda aliviar su compleja sintomatol­ogía.

INÉS MÁRMOL

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