La lectura, la cultura y la conciencia
Según Borges «uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído». Saber leer no forma parte del programa formativo actual. Una cosa es conocer las palabras y otra lo que representan. En mi niñez, sin televisión, móvil ni redes, la radio emitía programas culturales que incluían poesía recitada con pasión. Algunos jóvenes nos aventurábamos en esa maravilla. Hoy al parecer eso no sirve para nada. Es posible que la cultura actual esté basada en lo que se oye decir en la televisión, en el bar o en ese rincón del cerebro que se llama costumbre. La televisión es comercial y está manipulada por la política, emite lo que la audiencia quiere ver y no parece que nuestra cultura esté mejorando. En el bar es fácil dejarse llevar y así la santa tradición, nunca cuestionada, sigue dejando caminos a ninguna parte, cuando no mentiras y desatinos. ¿Quién ama la verdad?, ¿quién indaga para saber si debe aceptar la corriente que ha heredado?, ¿quién quiere ser el conductor de su conciencia y dueño de su camino? La conciencia es nuestro dador interno de testimonio; ha de decidir lo que aceptará y lo que no después de un estudio y un análisis, por eso necesita información veraz, imparcial y fidedigna. Y quizá por eso dijo Cicerón que «un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma». Y qué hay de un país sin alma, de un mundo sin alma, un mundo que prefiere no saber, que no quiere entrenar su conciencia para no sentirse responsable, pero... Si yo ahora desmontara con la verdad toda una cultura basada en la mentira, ¿sería amado por eso o sería odiado?
José Luis Sancho Sánchez
ZARAGOZA
diferencial desde hace mucho tiempo con el resto de las comunidades. La política del Gobierno del Sr. Sánchez, de cesión perpetua a vascos y catalanes para mantenerse en el poder, está creando desequilibrios en el conjunto del país e indefensión ante los abusos de estas