El Gobierno navega la discordancia entre el veto firme del PSE y sus lazos con EH Bildu
El PP reta a Sánchez a firmar ante notario la ruptura de los pactos con los aberzales hasta que condenen los asesinatos de ETA
MADRID. La campaña de las elecciones vascas transcurría sin apenas impacto en el debate nacional. Hasta el martes. La decisión del Gobierno de salir a responder con inusitada dureza al candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, por negarse a admitir que ETA practicó el terrorismo ha puesto el foco en la evidente discordancia entre el discurso del socialismo vasco, que nunca se ha apeado de su consideración de que la izquierda aberzale aún tiene un importante camino ético que recorrer para ser tratado como el resto, y la posición de Pedro Sánchez, que en los últimos años no ha dejado de dar pasos para integrar y normalizar la relación con ella sin que medie condena a los crímenes cometidos por la banda terrorista.
El Ejecutivo, a través de varios de sus ministros, se esforzó ayer por navegar las procelosas aguas en las que se adentró la víspera al tildar de «cobarde» e «incompatible con la democracia» la actitud de su aliado parlamentario al tiempo que admitía que no tiene ninguna intención de romper relaciones, y después de llevar años acusando a la oposición de hacer un uso inadmisible del terrorismo cuando censura sus acuerdos: los del Congreso o los que auparon a Bildu a la alcaldía de Pamplona.
El titular de Transportes, Óscar Puente, quizá el miembro del Gobierno que hasta ahora menos escrúpulos había mostrado al explicar su entendimiento con el partido de Arnaldo Otegi, entonó un comedido ‘mea culpa’ y alegó que él pensaba que Bildu había llegado «al punto de madurez democrática» que se le exigía, pero que «está claro» que no es así y que eso supone una «decepción». No obstante, también dejó claro que el ‘descubrimiento’ no cambia nada.
El ministro adujo que la formación independentista ha demostrado con la, en realidad, poco novedosa actitud de Otxandiano que el PSOE «difícilmente» puede tenerle como socio «estable». Sin embargo, desde la dirección del partido sí se reconoce a Bildu como aliado fiable y poco problemático en el día a día y el mismo
Puente añadió que si es para subir el SMI y las pensiones «claro que puede ser un buen socio».
También el ministro de Justicia, Félix Bolaños, y el de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, se afanaron en salir al paso de la paradoja en la que sitúa al conjunto del Ejecutivo una maniobra realizada para tratar de reforzar, en el tramo final de la campaña vasca, el mensaje que, desde hace semanas, viene repitiendo el candidato del PSE, Eneko Andueza, que se ha llegado a definir a sí mismo como «muro de contención» que evitará la llegada de Bildu al Gobierno de Euskadi. Ambos insistieron en una misma idea. «Evidentemente, ETA fue una banda terrorista y, evidentemente – añadió Bolaños– la democracia venció a la banda».
Que lo que los socialistas vascos califican como «patinazo» de Otxandiano vaya a tener impacto
tras un mitin en Baracaldo (Vizcaya), se enfrenta a una pena de hasta tres años de prisión por un delito electoral y dos de lesiones.
El agresor, que ha quedado en libertad provisional tras ser arrestado por la Ertzaintza y puesto a disposición judicial, tiene 49 años de edad y cuenta con antecedentes en el voto está por ver. Tanto el PSE como el PNV asumen que parte del auge de Bildu, que ya aparece como primera fuerza en las encuestas, se explica por un blanqueamiento al que se ha contribuido desde Madrid y porque una buena parte de los votantes, singularmente, los más jóvenes, ya no tienen memoria de lo que fue ETA. Sin embargo, ambos creen también que luchar contra el ejercicio de amnesia colectiva puede
por violencia de género, hurtos y agresiones.
El propio Pradales, que en la tarde de la agresión se disponía a acudir a un debate electoral en la cadena pública vasca, EiTB, al que finalmente acudió con un gesto visible de incomodidad en el ojo izquierdo tras ser atendido en el Hospital de Cruces, narró
ayer lo vivido: «Cuando iba hacia al coche me abordó una persona que no conocía. Balbuceó algo que no llegué a entender y me roció con un espray de estos de autodefensa. Primero el ojo izquierdo y cuando me intenté retirar también una parte de la cara. Estuve durante diez minutos ciego». ayudar a activar a su apático electorado y a neutralizar el efecto ‘atrapalotodo’ que está demostrando tener la coalición liderada por Sortu.
Discurso social
El hecho de que Bildu se centre en el discurso social por encima del identitario y haya puesto de candidato a Otxandiano, ingeniero de Telecomunicaciones de 40 años y aspecto de intelectual, y no a Otegi refuerza su tesis. Pero tampoco hay que perder de vista que el PNV, muy desgastado (podría pasar de 30 a 27 o 28 escaños), y el PSE, de momento, según los sondeos, en condiciones de retener sus diez diputados pero no de crecer, compiten también por un electorado fronterizo. Y los nacionalistas no dudan en aprovechar la coyuntura para poner en duda que Sánchez no vaya a imponer en última instancia a Andueza que, en lugar de volver a formar coalición con ellos, entregue la Lehendakaritza al independentismo.
Pese a los intentos del Gobierno de capear la polémica que ha agitado la recta final de la campaña vasca, el PP volvió a poner a Sánchez frente al espejo y reclamó al presidente que acabe con su «cinismo» y «equidistancia» con respecto a Bildu y «rompa las coaliciones de gobierno» en el Congreso, Navarra y Pamplona. Alberto Núñez Feijóo cambió ayer el guion de su recorrido por Cataluña para entrar en la campaña vasca retando a Sánchez a comprometerse ante notario a no volver a pactar con la formación de Arnaldo Otegi salvo que condene los asesinatos de ETA y ayude a esclarecer los que quedan por resolver.
El líder de los populares recordó que sin los votos de la coalición abertzale, Sánchez no habría retenido la Presidencia del Gobierno. «Rasgarse ahora las vestiduras y decir que no se puede pactar ni gobernar con Bildu en Euskadi es indigno de cualquier principio democrático, ético o moral».