El Patio de la Infanta se abre a exposiciones de moda con Ágatha Ruiz de la Prada
La diseñadora reúne por vez primera en la capital aragonesa creaciones de 1984 a la actualidad Es protagonista la colección de una zaragozana, su mejor clienta
ZARAGOZA. Conociendo de boca de Ágatha Ruiz de la Prada su relación con Zaragoza, resulta sorprendente que hasta ahora no hubiese mostrado en la capital aragonesa sus creaciones en forma de exposición. La que ayer miércoles se inauguró en el Patio de la Infanta de la Fundación Ibercaja no es solo el estreno aquí de la diseñadora en estas lides, sino también el de la propia institución, que nunca hasta ahora había dedicado una muestra a la moda.
Se estrena en ello de la mano de esta popular creadora, convertida a estas alturas en personaje, que trae a la sala de la calle de San Ignacio de Loyola una colección de 56 piezas facturadas desde sus inicios en la efervescente década de los 80 hasta la actualidad. Muchas pertenecen a la Fundación que regenta la diseñadora, pero si por algo destaca y se distingue la que puede verse en Aragón es por contar con algunas de las más importantes piezas del armario de la que ha sido gran amiga y mejor clienta de Ágatha Ruiz de la Prada: la zaragozana Piluca Beltrán.
La moda las unió –Piluca se enamoró de los diseños de Ágatha cuando la madrileña era una recién llegada a la moda– y algo más que la moda las mantiene juntas: en la actualidad son grandes amigas, con una relación prácticamente familiar. Un dúo inseparable al que se añaden otras amistades zaragozanas: «Hubo un tiempo en que tres de mis cinco mejores amigas eran de Zaragoza», contó De la Prada. «¡Y aquí ha nacido mi nieta!», compartió con los asistentes a la inauguración de la exposición, que podrá verse hasta el próximo 28 de julio y que es la primera de su carrera en la que rinde homenaje a una clienta.
La muestra es un paseo por el mundo de Ágatha Ruiz de la Prada, en el que el color es ya a estas alturas un tópico que le corresponde por derecho propio. Pero hay mucho más. El arco temporal de su trabajo permite observar cómo la diseñadora, nacida en Madrid en 1960, ha logrado ser tan reconocible como innovadora. Que ha sabido jugar con lo que de comercial tiene la moda (De la Prada cuenta con más de 400 patentes con su marca), pero también profundizar en sus aspectos más artísticos, experimentales y arriesgados. Sustanciados a través de gran variedad de tejidos, materiales y disciplinas técnicas: en la exposición se ven algodones, sedas, terciopelos, algodones, apliques, linos, lanas... En diseños que se han subido a pasarelas, han entrado ya a museos o han formado parte de homenajes a artistas como Rothko o incluso del Salón del Cómic de Barcelona. Pero que, sobre todo, buscan verse en la calles: «Piluca Beltrán demuestra que mis trajes se pueden poner».
En ese sentido, la comisaria de la exposición, Marisa Oropesa,
destacó que «la exposición de Ágatha te hace sonreír, que no es poco tal y como está el mundo».
Visitas guiadas
Como actividad complementaria a la exposición, se van a llevar a cabo visitas guiadas, que tendrán lugar previa reserva, de lunes a sábado, de 11.00 a las 17.00 y los domingos en horario de mañanas.
Además, está prevista en el Patio de la Infanta una actividad pensada para las familias con el título ‘El universo de Ágatha Ruiz de la Prada’ que tendrá lugar los próximos domingos 28 de abril y 26 de mayo, a las 12.30, que incluye un taller para confeccionar un complemento y crear un maniquí inspirado en la diseñadora. ter, popularizada por Maurice Chevalier, con el soporte de una agrupación instrumental, no una orquesta sinfónica, más un teclado electrónico.
Los cantantes, de texturas muy variadas, entre ellas un tenor dramático, desempeñaron su papel de forma eficaz, incorporando giros y movimientos escénicos, e incluso invitando a bailar a una espectadora, todo ello bajo la dirección de Igor Iaroszenko, implicado en el espectáculo.
En el repertorio figuraban algunas piezas de música clásica, como ‘La donna è mobile’, de Verdi, pero predominaron las canciones pop más populares de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, la famosa ‘Granada’, de Agustín Lara, y algunas referencias folclóricas relativas a Es