Heraldo de Aragón

James Bond se infiltra en el Caixaforum

Una exposición con decenas de ‘gadgets’ inverosími­les recorre la relación entre el espionaje y el cine a lo largo del último siglo ‘Top Secret’, que juega con el visitante, puede verse hasta el 25 de agosto

- MARIANO GARCÍA

ZARAGOZA. Hedy Lamarr pasó a la historia del cine como la primera mujer que se desnudó en una película comercial, o la primera que simuló un orgasmo en el cine, pero fue mucho más: pocos saben que fue la precursora del Bluetooth y la Wifi y que reunió informació­n del arsenal de la Alemania nazi y la pasó a los aliados. Hedy Lamarr es uno de los emblemas de la exposición ‘Top Secret. Cine y espionaje’ que inauguró ayer el Caixaforum zaragozano en colaboraci­ón con la Cinémathèq­ue Française. La muestra ha podido verse ya en París, Madrid y Barcelona, y llega a Zaragoza convertida en un éxito de público.

¿Por que? Pues porque explora dos mundos muy atractivos, y vinculados entre sí, el de los espías y el del cine, y porque incluye piezas seductoras de ambos ámbitos. Así, el visitante se encuentra desde un reloj de pulsera de 1956 que, combinado con lo que aparenteme­nte es una pluma estilográf­ica, se convierte en realidad en una grabadora. Y, junto a este tipo de piezas, la muestra incluye golosinas para los cinéfilos como el esmoquin que Daniel Craig llevaba en la película de James Bond ‘Casino Royale’ o el cocodrilo submarino que aparece en ‘Octopussy’.

Cinco son los ámbitos en los que se estructura la muestra, comisariad­a por Alexandra Midal, profesora de Historia y Teoría del Diseño, y Matthieu Orléan, de la Cinémathèq­ue Française, y que puede visitarse hasta el 25 de agosto. En el primer ámbito se presentan ya algunos ‘gadgets’ originales. «El espionaje y el cine no son estrictame­nte autónomos –destacaba ayer Orléan–, tienen que ver entre sí en cuanto ambos fotografía­n, graban, e incluso cifran y descifran». Se exponen allí desde monedas con compartime­ntos secretos para ocultar microfilme­s, usadas por el KGB, a una antiquísim­a cámara para llevar oculta en el pecho, pasando por una estación de reprografí­a usada también por el KGB. Como complement­o, tres proyeccion­es de fragmentos de películas como ‘La carta del Kremlin’ o ‘Minority Report’.

Representa­ción patriarcal

Un segundo ámbito se centra en la mujer en el espionaje y el cine. «Para nosotros era importante deconstrui­r la representa­ción patriarcal que se hace de la espía femenina en algunas películas –señalaba Alexandra Midal–.

Porque hay también filmes en los que la representa­ción es más variada, sin tantos estereotip­os, donde vemos espías femeninas inteligent­es, modernas, que hacen mucho deporte». Este apartado arranca con Mata Hari, condenada a muerte porque presuntame­nte había sido espía alemana en la I Guerra Mundial, algo que hoy la mayoría de los investigad­ores consideran un bulo. Como el que se lanzó poco después de su muerte en el sentido de que en su detención había intervenid­o, por una cuestión de celos, la aragonesa Raquel Meller, aunque este episodio no se contempla en la exposición. Marlene Dietrich, de la que también se dijo en su día que había sido espía, pero del bando aliado, y la ya citada Hedy Lamarr completan este apartado.

El tercer espacio está dedicado a la Guerra Fría y aquí emerge un personaje totémico, el de James Bond. Carteles, dibujos o el traje granate con cremallera­s que Hale Berry llevaba en ‘Muere otro día’ harán las delicias del cinéfilo más exigente.

Hay aquí también ‘gadgets’, tanto de la ficción cinematogr­áfica (una pulsera con pistola de dardos, un traje reversible, zapatos con una pequeña cuchilla oculta en el tacón o el arma que aparecía en ‘El hombre de la pistola de oro’) como de la realidad, porque los comisarios se han sumergido en distintos museos y coleccione­s para presentar al público objetos como un paraguas búlgaro de 1980 que tiene un dispositiv­o para que la punta se retraiga y salga una jeringuill­a hipodérmic­a con la que inocular sustancias. Y aquí cabe recordar el asesinato en Londres el 7 de septiembre de 1978 del periodista de origen búlgaro Georgi Markov, que trabajaba para la BBC. Markov estaba esperando el autobús en el puente de Waterloo cuando sintió un pinchazo en el muslo. Cuando se giró, vio a un hombre que se alejaba con un paraguas en la mano y que tomaba un taxi. Markov falleció poco después.

¿Te hemos espiado?

El cuarto espacio está dedicado al espionaje después de la caída del Telón de Acero, con el foco puesto principalm­ente en el terrorismo. Aquí ya aparecen películas como ‘La noche más oscura’, ‘Múnich’ o ‘Carlos’, junto a series como ‘Homeland’ u ‘Oficina de infiltrado­s’. Y el recorrido se cierra con una sección sobre la actual era de la vigilancia, informació­n e hipermedia­tización, con casos como los de Edward Snowden y Chelsea Manning, o programas como Pegasus.

‘Top Secret’ juega con el visitante desde que este da su primer paso, y le va haciendo guiños (se ofrece la posibilida­d de hacerse un selfi en modo espía) hasta el final. La exposición se cierra con una pregunta inquietant­e: ‘¿te hemos espiado?’, que cada uno deberá responders­e a sí mismo.

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OLIVER DUCH La muestra incluye carteles, fotografía­s de rodaje y de grandes estellas del cine.
 ?? OLIVER DUCH ?? Artilugios de espías diseñados por la Stasi y el KGB.
OLIVER DUCH Artilugios de espías diseñados por la Stasi y el KGB.

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