Heraldo de Aragón

Un intento de macrofiest­a en Ferraz para intentar exorcizar los miedos

- PAULA DE LAS HERAS MELCHOR SÁIZ-PARDO

incertidum­bre. Los ministros despachan asuntos del día a día con Óscar López, el jefe de Gabinete del presidente, pero nadie ha hablado directamen­te con él. Algunos en la ejecutiva rumian que el silencio en el que se ha enclaustra­do su jefe de filas no constituye el mejor presagio. Pero no pierden la esperanza. «Crucemos los dedos», resumía tras el ejercicio de exaltación colectiva la vicepresid­enta Montero.

MADRID. Difícil, muy difícil, describir qué fue lo de este sábado en Ferraz. Lo único claro es que no se trató de un comité federal al uso, que es lo que formalment­e era. ¿Un guateque-rave de mañana con caras cansadas? ¿Un multitudin­ario mitin final de campaña sin campaña alguna aunque se aproximen las catalanas?

Quizás la definición más cercana de lo visto –y sobre todo lo vivido ‘in situ’ durante las casi tres horas que duró todo el despliegue bajo la lluvia y bajo el sol- es que la concentrac­ión ante Ferraz fue un intento de macrofiest­a en plena calle en el que el aparato del PSOE echó el resto para tratar de exorcizar el miedo a un partido sin Pedro Sánchez y, de paso, levantar el ánimo a una militancia desconcert­ada por la ya famosa carta de su líder.

Al final, según la Delegación del Gobierno en Madrid, en los aledaños de la sede central de los socialista­s en la calle se congregaro­n 12.500 personas.

Inusual comité federal

Ya el formato de este inusual comité federal sin la presencia del secretario general hacía barruntar que nada iba a ser igual. Y las pantallas en el exterior de la sede confirmaro­n que aquello iba a ser cualquier cosa menos una mera reunión orgánica. Y es que el aparato del PSOE, tenía todo previsto y había diseñado un acto en el que el clima emocional fuera en aumento. Como si de una cosa sin premeditar se tratara, se suspendió abruptamen­te la reunión y la cúpula fue a saludar a la militancia a la calle. Y a partir de ahí aconteció el baño de masas de la cúpula en el que María Jesús Montero se convirtió en estrella indiscutib­le de la noche (siendo por la mañana) y en personalís­ima maestra de ceremonias. Montero se mostró eufórica. Besos, abrazos y selfis hasta casi quedar exhausta. También afónica con sus continuos gritos de «¡fuerza, fuerza!» con los que arengó a la militancia. Mucho menos contagiado­s por ese forzado ambiente festivo ante una situación crítica se mostraron los ministros Félix Bolaños y Óscar Puente, que no pararon de sollozar ni siquiera cuando el PSOE puso toda la carne en el asador.

Los altavoces, en los que hasta entonces solo se habían escuchado los discursos y la anodina banda sonora de los mítines del partido, reventaron con la música del canario Quevedo y BZRP y su conocidísi­mo ‘Quédate’ en un intento de hacer saltar a la militancia, aunque cierto es que muchos de los presentes no reconocier­on el tema que en verano de 2022 se escuchó hasta la saciedad. Y, cómo no, luego vino el ‘Pedro, Pedro’ de Raffaella Carrà que se ha hecho viral por un vídeo de TikTok.

Los temas de artistas bandera para la izquierda como Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos o, en la última hornada, Ismael Serrano se mezclaron con ‘La Internacio­nal’ en un fin de fiesta que queda por ver si, como pretendía el partido, acaba alejando los demonios de la militancia. Una militancia que, una vez apagada la música, se marchó de vuelta a su casa a esperar que llegue este lunes y saber si lo de este sábado ha servido para algo.

 ?? Ó. CHAMORRO. ?? Un emocionado Puente, que rompió a llorar junto a Bolaños.
Ó. CHAMORRO. Un emocionado Puente, que rompió a llorar junto a Bolaños.

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