Heraldo de Aragón

El Casademont se abona a la épica y pasa a semifinale­s

La marea roja empujó al equipo para remontar la desventaja de nueve puntos que trajo de Madrid Estudiante­s luchó desaforada­mente pero sucumbió en un agónico final

- C. PERIBÁÑEZ

CASADEMONT ESTUDIANTE­S 62 47

ZARAGOZA. El Casademont Zaragoza se ha abonado a la épica, sobre todo, cuando juega en el Príncipe Felipe. Son decenas las crónicas de sus partidos que comienzan con la palabra «gesta» o «hazaña» o con el recurso «lo han vuelto a hacer». Las jugadoras de Carlos Cantero están malacostum­brando a la afición a los finales felices y ayer, aunque estaban contra las cuerdas frente a un rocoso Estudiante­s que defendía sus nueve puntos de ventaja cosechada en Madrid, las rojillas demostraro­n que merecen estar en las semifinale­s de la Liga Femenina Endesa. Su rival se conocerá esta tarde y será el vencedor de la elitad minatoria entre el Valencia Basket y el IDK Euskotren.

Fue gracias a la intensidad, la concentrac­ión, el juego coral y una gran defensa cómo se consiguió, desde el primer minuto, ir cosechando una aparente cómoda renta (se llegó a ganar hasta de 21), que –en realidad– no era tal si se restaban los nueve puntos que había que remontar. El primer cuarto transcurri­ó con la velocidad del rayo pero ya se veía que la actitud de las zaragozana­s distaba mucho de la mostrada hacías apenas tres días en Magariños. El juego no era del todo brillante, pero sí solvente y efectivo: Estudiante­s encontraba el aro con dificuly eso hablaba muy bien de la férrea defensa de las de Cantero. Dos triples de Petra Holesinska enloquecía­n a la grada y al acabar los primeros diez minutos de juego el Casademont ya mandaba por 17-7. Quedaba aún mucho partido y los aficionado­s trataban de contener la euforia.

El segundo cuarto siguió una tónica parecida, con Estudiante­s sumando desde el tiro libre y Atkinson haciendo daño con sus contraataq­ues. Cuando el ataque aragonés parecía que se espesaba, la solución pasaba por dar balones a Leo Fiebich, que anotó seis puntos de mérito en un visto y no visto. Al descanso se llegó con un placentero 35-19, que hablaba muy bien de la garra defensiva del Casademont, habida cuenta de que en Madrid, en solo el primer cuarto, el Estudiante­s les encajó 25 puntos, es decir, más que en toda la primera mitad en Zaragoza.

Emoción hasta el final

Aunque la fiesta comenzaba a intuirse en la grada, las de David Gallego tenían otros planes y quería demostrar que no estaban en el Felipe de comparsa. En la reanudació­n se disparó la ventaja zaragozana hasta el 42-21 y, aunque la eliminator­ia parecía encarrilad­a, aquello fue un espejismo. Un parcial 0-9 para las madrileñas –comandadas por una estupenda Gracia Alonso de Armiño, exrojilla, que acabó con 17 puntos– volvió a poner emoción al partido. De pronto, se había pasado del 4423 al 44-32 y la afición comenzaba a comerse la uñas ante un incierto desenlace. El mal tercer cuarto del Casademont permitió que Mawuli volvió a reencontra­rse con el acierto y Estudiante­s llegó a tener varios tiros para rebajar la ventaja de diez y dar la vuelta a la eliminator­ia.

Tras este bache, las de Cantero volvieron a tirar de ‘rasmia’ y al trabajo constante de Atkinson se sumó un buen tramo final de Diallo y un par de robos de balón decisivos de Vega Gimeno, que también convirtió un triple para dar tranquilid­ad. La capitana podía haber disputado ayer su último partido, pero no. Habrá, al menos, uno más. Los diez minutos finales se hicieron larguísimo­s y agónicos, pero el Casademont templó mejor los nervios y consiguió colarse por segunda vez consecutiv­a en las semifinale­s de la liga.

 ?? JOSÉ MIGUEL MARCO ?? Tanaya Atkinson, felicitada por sus compañeras, tras un partido muy completo con 16 puntos y cinco rebotes en 30 minutos.
JOSÉ MIGUEL MARCO Tanaya Atkinson, felicitada por sus compañeras, tras un partido muy completo con 16 puntos y cinco rebotes en 30 minutos.

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