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En plena transición hacia una movilidad más limpia pero a un ritmo más lento del que marca la Unión Europea. Así está el despliegue del coche eléctrico en España. Según Anfac, solo el 12% de los vehículos que se vendieron en 2023 fueron enchufables, casi la mitad de la media europea, del 22,3%, y en el caso del vehículo industrial, este porcentaje alcanzó apenas el 1,2%. La infraestructura de recarga, todavía insuficiente, tampoco ayuda. Pero lo que realmente limita es el precio. Para una industria automovilística que representa el 10% del PIB en España y que está electrificando sus modelos a marchas forzadas, que el mercado interior no responda es un problema.
Para José Antonio León Capitán, responsable de Relaciones Institucionales y Comunicación de Stellantis, «no es bueno tener una cuota de eléctricos 100% que no llega ni al 5% en España –sería cercana al 10% si se suman los híbridos– ya que las fábricas podrían plantearse qué sentido tiene producir vehículos tan lejos de donde realmente se venden. Por eso, reclamó un mayor apoyo de la Administración y que los planes de ayuda a la compra como el Moves se prorroguen (terminan ahora en julio), que se instalen más puntos de recarga de alta capacidad y se mejore la fiscalidad como en Portugal, sin IVA para los coches cero emisiones.
Del reto que supone hacer accesible al gran público el coche eléctrico trata el V Observatorio de la Movilidad Sostenible, elaborado por Grant Thornton en colaboración con Mobility City, de la Fundación Ibercaja, y presentado recientemente. Un estudio que aborda otros desafíos como la incorporación de combustibles sostenibles de aviación (SAF) al creciente tráfico aéreo o la apuesta por una mayor conectividad entre transporte por carretera, ferrocarril y puertos. También incide en la descarbonización del transporte pesado y la apuesta por subir los camiones al tren ante el mandado de la Comisión Europea de que en 2050, el 45% de las mercancías se transporte en ferrocarril. Ahora en España ese porcentaje es del 4,5% (frente al 15% de media europea).
Fernando Acebrón, director de Relaciones Institucionales de Ford España, recordó, en su intervención en Mobility City, que «el 10% del coste de transformación de un vehículo tiene que ver con la logística, un factor de competitividad crítico, para una fábrica de automóviles». Por eso, explicó, tener la concesión propia de una terminal portuaria en Valencia es fundamental para distribuir los coches a 160 destinos mundiales. Si bien para lo que es el aprovisionamiento de la factoría en Almusafes solo un 2% de la mercancía llega por puerto, mientras el grueso lo hace en camión.
De la necesidad de conectar con los puertos las autopistas ferroviarias (como la Algeciras-Zaragoza, pendiente de ejecución) habló Mar Chao, presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia, que está ya con la construcción de la terminal norte para duplicar la capacidad de contenedores que tienen en este momento y que «es cero emisiones desde su diseño con seis vías de ferrocarril».
Desde Ford, Acebrón destacó que están esperando poder conectarse a puerto –la infraestructura ferroviaria la tienen, pero no el uso– y que el corredor Cantábrico-Mediterráneo pueda utilizar el ancho internacional para poder sacar también los coches por esta vía.
Partidaria de la «sincronización de tráficos» (transporte terrestre, ferroviario y marítimo) para reducir los costes económicos y medioambientales se mostró no solo la presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia sino también Carla Salvadó, subdirectora general de Comercial y Marketing del Puerto de Barcelona, que pidió más coordinación entre todos los actores de la cadena logística. «Nuestro objetivo es tener antes de 2030 todo el puerto conectado: los muelles electrificados y ser autosuficientes en consumo energético y que los barcos puedan abastecerse de biogás, metanol e hidrógeno como antes lo hacían de gasoil», destacó.
Junto al uso de energías limpias, el fomento de la intermodalidad – combinar en los viajes distintos medios de transporte– se incluye en la ley de movilidad sostenible que ha de estar aprobada antes de finales de año, recordó Sonia Araujo, directora general de Innovación de Renfe, que se refirió a la inversión de más de 5.500 millones que está haciendo el operador ferroviario en renovación del parque de material para ser más eficientes. Y puso como ejemplo el primer tren de hidrógeno bimodo, que circula en pruebas desde junio de 2023 combinando la energía proveniente de las pilas de hidrógeno y de las baterías en los tramos sin electrificar. El objetivo de Renfe, añadió Araujo, es «ser eje vertebrador de todos los modos de transporte».
Son muchos los desafíos, reconoció por su parte Octavio López, consejero de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística de la DGA. «Estamos lejos, muy lejos de los designios que marca Europa» y reclamó al Estado un apoyo decidido para ejecutar corredores fe