Todos los puentes rotos con la vista puesta en las primarias de 2025
MADRID. En el pulso que mantienen el PSOE-Aragón y la dirección nacional del partido, que cuenta con el apoyo de Huesca, no hay esperanza para la reconciliación. La modificación de la candidata propuesta por la militancia en la Comunidad para las europeas es solo el último capítulo de una larga lista de desencuentros entre el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, y su barón más díscolo, Javier Lambán.
Ambos líderes se enfrentaron en la crisis por el control del partido de 2016, de la que salió victorioso Sánchez, pero desde entonces las discrepancias han ido a más. En 2017, Lambán tuvo que enfrentarse en primarias a Carmen Dueso, apoyada por Ferraz y Huesca, por la secretaría general. En 2019, la modificación de la lista de Pilar Alegría para su candidatura a la Alcaldía de Zaragoza fue otro punto de inflexión. La ahora ministra y portavoz del Gobierno es, junto con la federación de Huesca, el principal apoyo del presidente frente a Lambán, que mantiene el respaldo de Zaragoza y Teruel sin –casi– fisuras.
El verano pasado, con motivo de las generales de julio, Ferraz volvió a dinamitar las listas de Lambán. Los que no fueron purgados, presentaron su renuncia. En enero de este año, Sánchez sacó de la ejecutiva y del comité federal a Mayte Pérez, líder del PSOE-Teruel, en nuevo gesto de revancha contra Lambán, que en los últimos meses se ha mostrado muy crítico con decisiones de la Moncloa como las alianzas con los independentistas o la ley de amnistía. El de ayer es solo el penúltimo choque en la hoja de ruta marcada para designar al futuro secretario general del partido en Aragón.