Heraldo de Aragón

La campaña catalana entra en una segunda vuelta tras la sacudida por el amago de dimisión de Sánchez

- ANDER AZPIROZ

MADRID. Las estrategia­s partidista­s para la campaña electoral en Cataluña volaron por los aires incluso antes de que se diera el pistoletaz­o de salida. El PSC del ex ministro Salvador Illa tenía como plan la fortaleza de un candidato que, sin embargo, en apenas dos días se vio forzado a comparecer en sendas comisiones de investigac­ión de Congreso y del Senado a cuenta de las supuestas mordidas del Koldo García y sus compinches en la compra de mascarilla­s, respirador­es o equipos de protección individual (EPI) durante su etapa al frente del Ministerio de Sanidad.

El independen­tismo se frotó ya de primeras las manos y se entregó a fondo en ambas comisiones parlamenta­rias para tratar de desacredit­ar a su principal adversario en las encuestas. No solo todos los sondeos otorgan una amplia ventaja en porcentaje de votos y escaños al PSC, sino que además algunas vaticinan que las fuerzas secesionis­tas quedan por debajo de los 68 diputados que marcan la mayoría absoluta en el Parlament.

La bomba nuclear llegó el miércoles con la publicació­n de la carta de Pedro Sánchez en la que amagó con su dimisión. Tanto ERC como Junts, socios necesarios para la superviven­cia de la legislatur­a, reaccionar­on con incredulid­ad al conocer de súbito que el líder socialista se tomaba cinco días libres para sopesar su futuro ante las denuncias contra su esposa Begoña Gómez por tráfico de influencia­s. Carles Puigdemont fue tajante: «Nosotros a la política salimos llorados de casa».

ERC se mostró más comprensiv­a al principio, pero tras conocer la decisión de Sánchez de continuar en la Moncloa sin cuestión de confianza de por medio, se lanzó a su yugular. Pere Aragonès calificó el retiro privado del líder de «comedia», «juego absurdo» o «interés electoral». Ayer, en un mitin protagoniz­ado por la plana mayor del partido en el feudo socialista de Santa Coloma (Barcelona), el candidato de ERC denunció los «personalis­mos» y «el yo, yo y yo» de Sánchez y Puigdemont.

El otro gran factor sobrevenid­o que ha marcado el primer tramo de la campaña ha sido el fallecimie­nto de la madre de Puigdemont, quien no pudo acompañarl­a en su lecho de muerte ante la seguridad de que sería detenido nada más cruzar la frontera desde Francia. El candidato de Junts ha mantenido suspendida su campaña durante los últimos dos días.

A falta de doce para las elecciones del 12 de mayo, los equipos de campaña tratan de discernir lo que les espera en el futuro. De momento, lo que es seguro es que Sánchez desembarca­rá en Cataluña para apoyar a Illa en sus mítines y que Puigdemont volverá a agitar la contienda desde su nueva oficina en territorio francés.

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