La ‘intifada’ de Columbia prende ya en las universidades del mundo
Más de un millar de detenidos en los campus de EE. UU. por las protestas por los ataques a Gaza, mientras los estudiantes de Nueva York se parapetan
NUEVA YORK. El espíritu del 68 está de vuelta, solo que esta vez la mecha no es la guerra de Vietnam sino la de Gaza. Como hace 56 años, ha sido la Universidad de Columbia la que ha prendido la llama de una revolución estudiantil que en dos semanas se ha extendido por todo el mundo.
Las universidades de la Sorbonne, en París; Sapienza, en Italia; Warwick, en el Reino Unido, McGill, en Canadá; Melbourne, en Sídney… El terreno estaba listo para un gran incendio. Durante seis meses de incesantes bombardeos en Gaza, donde el 40% de los 34.500 muertos son niños, ha pasado sin garra por encima de las noticias debido a la falta de acceso a la región en la que se ha bombardeado el 80% del territorio, pero las crudas imágenes han llegado a los teléfonos de los jóvenes a través de las redes.
Las manifestaciones propalestinas han crecido en paralelo a la rabia estudiantil, pero como en 1968, el detonante que ha puesto en llamas a los campus universitarios fue la intervención policial en la Universidad de Columbia para desmontar un centenar de tiendas de campaña. El lunes volvió a cometer otro error de cálculo al suspender a los estudiantes a los que había dado un ultimátum para marcharse de la plaza que habían tomado de nuevo.
En respuesta, «un grupo autónomo» –según los organizadores de las protestas– aprovechó para romper a medianoche las puertas del edificio Hamilton y reimprimir otra página de la historia. Fue allí donde en 1968 un grupo de estudiantes se parapetó, con el decano Henry Coleman como rehén, para protestar contra temas como el apartheid en Sudáfrica, la lucha por los derechos civiles y la guerra de Vietnam.
Simbolismo
Este martes, el Hamilton Hall fue rebautizado como Edificio Hinds con una gran pancarta en su fachada en honor a la niña Palestina de seis años que se ha convertido en símbolo del horror de Gaza. La ambulancia que iba a rescatarla fue bombardeada y murieron dos paramédicos.
Por esa misma fachada subían las provisiones de alimentos que quedaban en las cerca de 80 tiendas de campaña ya casi abandonadas por la amenaza de expulsión y el temor a una nueva intervención policial. Quienes se han hecho fuertes en el Hamilton Hall parecen estar dispuestos a dar la batalla. Han levantado los muebles para apuntalar puertas y ventanas, mientras que la policía ha vallado los alrededores. Una decena de estudiantes hace guardia en la puerta de esta plaza, a la altura de la calle 116 y la avenida Ámsterdam.
El calendario escolar llegaba a su fin de cualquier manera, con las clases terminadas, a falta de los exámenes y la ceremonia de graduación, que la presidenta intenta defender con todos sus honores despejando el campus de manifestantes y tiendas de campaña. Solo los que viven en el campus tienen acceso a él. Ni siquiera los profesores que acudieron ayer pudieron entrar. La Universidad que otorga el premio Pulitzer de periodismo ha vetado también a la prensa.
El movimiento estudiantil demanda que esta institución corte lazos con las empresas que tengan vínculos con Israel. Solo en un caso, el de la Universidad de Northwestern (Illinois), se ha logrado un acuerdo para desmantelar pacíficamente las protestas, mientras las detenciones se llevan a cabo por docenas o centenares en los principales centros universitarios del país. Según el diario ‘New York Times’, más de 1.100 personas han sido arrestadas desde que el día 18 la policía interviniese en Columbia y detuviera a 108 estudiantes.